domingo, 10 de enero de 2010

WILHELM SASNAL

PUBLICADO EN EL NÚMERO 25 DE ARTECONTEXTO
MÁLAGA, CENTRO DE ARTE CONTEMPORÁNEO (CAC)

MONOGRÁFICA WILHELM SASNAL

Una veintena de lienzos y una película, The Ranch (2006), componen la muestra que el CAC de Málaga dedica a los diez últimos años de trabajo del artista polaco Wilhelm Sasnal (Tarnów, 1972), ganador del The Vicent Van Gogh Biennial Award for Contemporany Art in Europe, en 2006. Artista polifacético en el que la diversidad técnica no es óbice para que hallemos en ella un denominador común: el distanciamiento de la “imagen original” que da paso a su reinterpretación – relectura por parte del creador. Procedimiento iniciado durante la época en la que trabajó en el contexto del Colectivo Ladnie y que continúa en la actualidad. De este modo, podemos interpretar la desconcertante mezcla de estilos y géneros que a priori están presentes en esta exposición como una suerte de diccionario de imágenes.

A propósito de la literatura, en su libro El susurro del lenguaje más allá de la palabra y la escritura, habla Roland Barthes de entender la escritura como un gesto que se limita a imitar otro gesto siempre anterior, nunca original; un trabajo en el que el escritor tendría el único poder de mezclar las escrituras construyendo un universo en el que las palabras no pueden explicarse sino a través de otras palabras. Y es precisamente esta lógica operacional la que sigue Sasnal en la realización de sus obras. No es banal entonces lo que Fernando Huici comenta en el catálogo de la muestra, a propósito del método de trabajo seguido por el artista, al indicar que éste parte de materiales fotográficos (o cualquier imagen previa) a modo de fuente referencial para su pintura. Proceso – continúa Huici – que desde el año 2002 ha buscado el máximo distanciamiento entre la fuente primera y la imagen pintada, dando la máxima autonomía al resultado final. Un uso sistemático de la imagen previa que nos habla de una continúa reelaboración de la imagen desde la imagen, construyendo una infinita cadena semántica de la que la pintura de Sasnal sería sólo el último eslabón.

En este sentido cabe leer los continuos guiños a la Historia del Arte que observamos en la exposición, relecturas y nuevas versiones que no simples homenajes, como en el caso del neoático Espinario (siglo III a. C.) sacándose su espina en el anónimo rincón de un pub cualquiera, las grises escenas de atletas que recuerdan a los tiempos del realismo socialista o abstracciones como Cemetery (2002), en la que pequeños gestos de pintura azul sobre un fondo ocre nos traen a la memoria el expresionismo abstracto de vanguardia.

La muestra se completa con la proyección del film The Ranch (2006), una road movie grabada en la América profunda en la que imágenes documentales, reinterpretan los grandes tópicos sobre la vida cotidiana en el interior de los USA. Un trabajo basado en la selección de escenas en el que: imágenes de cowboys marcando el ganado, un partido de baseball femenino o momentos cotidianos de jóvenes afroamericanos de la periferia, quedan subjetivadas a través de la elección de lo que se graba y de la música que acompaña a cada escena. Así encontramos en la película distintas secuencias de imágenes que se diferencian tanto por el tema a tratar como por la música; modo de trabajar en el que no podemos dejar de recordar la influencia del cine de animación que desarrollara en los setenta, su compatriota Ryszard Antoniszczak, quien en su película Żegnaj Paro! usa la música como elemento determinante de la escena en ausencia de diálogos, al igual que Sasnal en The Ranch.

Podríamos concluir esta rápida descripción de la exposición, afirmando que tanto la obra pictórica como la cinematográfica de este artista, constituyen una visión subjetiva y personal del mundo. Una constante y selectiva reinterpretación de imágenes para dar lugar, a esta suerte de archivo de la memoria, que en definitiva es el trabajo de Wilhelm Sasnal.

carlos g. de castro