martes, 20 de mayo de 2014

Silvia Federici en Sevilla

Silvia Federici con el periódico 'El Topo' en Sevilla
En la tarde de hoy, la profesora de la Hofstra University de Nueva York y militante feminista Silvia Federici ha estado en la UNIA (Sevilla) presentando su libro Revolución en punto cero. Reproducción, trabajo doméstico y luchas feministas. Durante la presentación del libro - una compilación de artículos realizados desde 1975 a la actualidad -, la pensadora ha expuesto sus tesis sobre la reproducción social del capitalismo.
 la pensadora ha expuesto sus tesis sobre la reproducción social del capitalismo
Federici comenzó repasando la historia de las luchas feministas y otros movimientos sociales desde los 60's a la actualidad, luchas que cuestionaban la naturalización de las identidades, los roles y las formas de vidas en el sistema patriarcal capitalista. Esta situación abrió un horizonte de cambio, sembrando esperanzas en una sociedad que vislumbraba que otros tipos de vida y de organización social eran posible. Sin embargo, a partir de los 70's, crisis del petróleo mediante, los movimientos sociales empezaron a perder fuelle al tiempo que parte de sus discursos fueron recuperados por el sistema. En este punto hay que insistir en una de las tesis fundamentales de Federici, para quien los momentos de 'crisis' son también momentos de acumulación de capital y sometimiento (disciplina) de los trabajadores a los dictámenes de la economía de 'libre mercado'.

Así, para Federici, las crisis como al actual desposeen y desunen a las personas, lo cual permite que éstas seas menos capaces de organizarse y resistir a las políticas (neo)liberales. Ya en su conocido libro Calibán y la bruja (1), exponía como la persecución de las brujas fue una estrategia de desposesión campesina durante el periodo de acumulación de tierras comunales por la incipiente burguesía, y que esta persecución consolidó la construcción de los Estados Modernos en los siglos XVI y XVII.

De este modo el origen del capitalismo está ligado a la permanencia y actualización del patriarcado (que es anterior), cuyo desarrollo económico, basado en la reproducción de la fuerza de trabajo dentro de la familia, naturalizó la dependencia a los hombres de las mujeres, las cuales se veían imposibilitadas a la adquisición de un salario por sus trabajos reproductivos y de cuidados.

Al final del debate, cabe destacar, como ejemplo de invisibilización de los cuidados y falta de sensibilidad hacia las necesidades reproductivas, la denuncia de varias madres que acudieron con sus hijas e hijos a la conferencia y que no encontraron un lugar adecuado para los niños.

Cerramos recordando que Silvia Federici estará mañana en la UPO a partir de las 12:00h. debatiendo con Lina Gálvez. Pero antes de terminar del todo, me gustaría mencionar que en el momento crítico en que estamos, un nuevo periodo de acumulación capitalistas con enormes sufrimientos para la población y beneficios para una pequeña minoría, la situación de invisibilización de los cuidados, se desplaza a otras áreas del trabajo, siendo que cada vez la mano de obra está más precarizada y cada vez realizamos más trabajos no remunerados para poder (sobre)vivir.



Carlos G. de Castro / NOTON


NOTA:

(1) Para una aproximación más detallada a Calibán y la bruja en este blog visitar el texto El gobierno genocida del mundo II / El origen criminal del capitalismo



lunes, 5 de mayo de 2014

Alfredo Miñambre: En tiempos del fin de la política representativa

FUENTE: DIAGONAL ANDALUCÍA

Desde que Alfredo Miñambre naciera una noche en El Perro Andaluz, mítico bar sevillano, mucho ha evolucionado y vivido este singular paleopolítico, ideado e interpretado por el poeta Felipe Bollaín. Sin duda su momento estelar fue durante el 15M, cuando su quijotesca figura, de elegante vestir, corbata naranja, gafas quebradas y voz histriónica, apareció en Las Setas para pronunciar el anti-mitin del Partido en Dos (PEN2)... y empezó así a abrirse un hueco en nuestra memoria visual. Después de aquello, el 15M se transformó, y también Alfredo, que le ha sobrevivido con bastante buena salud

Fotografía de Stefania Scamardi
Miñambre, que como decíamos en mayo de 2011 salió de la cabeza de Bollaín (o entró en ella, vaya usted a saber), superó la coyuntura quincemayista sin quemarse, y hoy, gracias a sus retruécanos y calambures es un personaje más consolidado. Sin embargo, aún queda Alfredo por pulir, ocurriendo en algunos instantes que el poeta quiere aparecer, los juegos de palabras se distancian de la sátira y el personaje se vuelve algo difuso.

Respecto a su herencia, a pesar del lenguaje enrevesado o antilenguaje, que remite al mundo dadá y las experiencias de vanguardia del siglo XX (“¡De-anuncio vuestros métodos pu-belicistas flatulentos de agonía de la esencia de la fluidez vital!”), Miñambre es una criatura bastante hispana: habla con greguerías, como Gómez de la Serna y es hijo del esperpento y de Don Quijote. Y en sus “aspiraciones políticas” enlaza con la tradicional burla al poder reduciéndolo al absurdo, que en estas tierras se inaugurara durante el Barroco; cuando ya se empezaba a vislumbrar que eso del “imperio español” era un gigante con los pies de barro.

En los discursos de Alfredo, se abre todo un mundo mágico, donde el poder político queda menguado a la mera pantomima, para precisamente contar la verdad, su verdad. Mismo proceder que usara Gracián en el siglo XVII para los mundos alucinados de El Criticón.

Pero Alfredo Miñambre es sobre todo un síntoma, un síntoma del agotamiento de la política tal como se ha constituido durante los siglos XIX y XX, un síntoma del colapso de las posibilidades de la política representativa y de los anhelos por nuevas formas sociales más horizontales y democráticas, donde el político profesional sea un paleopolítico... a fin de cuentas, una criatura de un tiempo ya superado. ¿Quién sabe si lo veremos en las próximas municipales retando a Zoido por la alcaldía de Sevilla? ¿y quién sabe si no pudiera, incluso, superar a tan casposa eminencia?

Mientras tanto Alfredo Miñambre dará mucho más... mucho más de lo mismo.