lunes, 6 de diciembre de 2010

Wikileaks o el Prometeo de humo

PUBLICADO EN NOTON Y EN CONTRAINDICACIONES






En otros tiempos sólo se conspiraba contra el orden establecido. Hoy en día, un nuevo oficio en auge es conspirar a su favor. Bajo la dominación espectacular se conspira para mantenerla y para asegurar lo que sólo ella misma puede llamar su buena marcha. Esa conspiración forma parte de su propio funcionamiento.
Guy Debord, Comentarios sobre la sociedad del espectáculo.


Si utilizas al enemigo para derrotar al enemigo, serás poderoso en cualquier lugar a donde vayas.
Sun Tzu, El Arte de la Guerra.




Wikileaks o el Prometeo de humo
Wikileaks es un proyecto de The SunShine Press (1) - literalmente La Prensa del Brillo del Sol -. Desde su nacimiento en 2006 Wikileaks se ha presentado al mundo como una organización sin ánimo de lucro e independiente, formada por un conspicuo grupo de activistas, adalides de un nuevo modelo de periodismo que, a través de la revelación de filtraciones, pretende conseguir una sociedad más transparente, menos corrupta y más democrática.

Sin embargo por mucho que brille este Sol, la propia Wikileaks es una de las organizaciones más oscuras de nuestro tiempo, algo que se alimenta desde su propio seno, como veremos más adelante.

La Ideología de Wikileaks
"El gran presidente estadounidense Thomas Jefferson dijo una vez que el precio de la libertad es la eterna vigilancia. Creemos que los medios de comunicación periodísticos juegan un papel clave en esta vigilancia"(2).

Wikileaks es un proyecto profundamente moralista cuyo objetivo es la prometeica labor de llevar la verdad - la luz - a una humanidad que vive en tinieblas, "llevar la verdad sin tapujos a la opinión pública". Ellos roban el fuego a los dioses - estados, corporaciones, crimen organizado... -, gracias a su avanzada tecnología, "tecnologías de alto nivel de seguridad" y así ser garantes de nuestra libertad. La espada de Damócles que pende sobre los cleptócratas...

Este deseo de poder y hegemonía no es ocultado en ningún momento, el propio lenguaje mesiánico y carente de autocrítica lo desvela. En su Web, Wikileaks habla la lengua del poder, con igual papagallismo e inconsistencia que un telepredicador o un rostro del telemarketing, nos asegura la infalibilidad de su producto, el jugoso negocio de las filtraciones: "Wikileaks es incensurable"(3) que es como decir somos el mejor de los mensajeros, confíen únicamente en nosotros.

Wikileaks quiere la totalidad, hay una dimensión profundamente autoritaria en su seno... ser el ojo que todo lo ve para facilitar la "eterna vigilancia" que complete el proyecto de libertad de los padres fundadores de los Estados Unidos de América.

El Nuevo Periodismo
Por otro lado desde su nacimiento viene recordándonos a todos que es la organización abanderada del nuevo periodismo:

"En los años previos a la fundación de Wikileaks, se observó que los medios de comunicación del mundo editorial eran cada vez menos independientes y menos dispuestos a hacer las preguntas difíciles al gobierno, corporaciones y otras instituciones. Creíamos que esto tenía que cambiar".
"los medios de información están haciendo tan mal trabajo que un pequeño grupo de activistas ha hecho más que todos ellos juntos (4)".
"el convencional periodismo de investigación hoy en día está bastante enfermo (5)"

¿Pero en qué consiste ese nuevo periodismo?

Para Wikileaks la verdad es una posesión del poder, todo su "nuevo periodismo" que supera exponencialmente al antiguo periodismo de investigación se basa en la filtración. Es la exaltación de la verdad del secreto de Estado. El mundo transparente de Wikileaks no es otra cosa que el mundo tal y como lo ve el poder, un mapa dibujado punto por punto por las manos que conspiran - contra nosotros según Wikileaks -. Es una simplificación brutal de la existencia y conlleva peligrosas aceptaciones: toda verdad proviene de los poderosos, la verdad es una y es la que los poderosos nos ocultan, no hay más voz que la de los poderosos.

El nuevo periodismo de Wikileaks es la muerte del periodismo, en realidad no es un medio de información, es únicamente un canal a través del que conocemos todos los secretos del mundo, sin filtros. Sólo existe el mensaje - y el mensaje viene de la fuente más fiable, el enemigo que la propia Wikileaks dice combatir -. El periodista ya no es necesario y por tanto ha de ser eliminado, en aras de la transparencia no hay lugar para la opinión, ni para la duda, todo queda demostrado por los documentos. El nuevo Sol de Wikileaks brilla con tanta luz que oculta todas los demás medios. Su objetividad se la dan sus fuentes y es la objetividad llevada a su esencia más pura. Wikileaks es legitimado por la información producida por quienes supuestamente deslegitima. Y en su anonimato no tiene más autoridad que las filtraciones, es decir, la legitimación de Wikileaks proviene de la legitimación del poder. ¿Si el poder no es legítimo que legitimidad le correspondería a quienes difunden el mensaje de una fuente ilegítima?

Wikileaks es el interminable monólogo del poder legitimándose a sí mismo. Es el discurso autorreferencial del poder, hablando sólo de él y para él, un poder que únicamente desea escucharse a sí mismo y ahora difunde hasta sus secretos.

En un momento en el que la sociedad del espectáculo ha perdido el amor de sus ciudadanos. Prueba de ello es la enorme simpatía que Wikileaks han despertado entre las masas de telespectadores e Internautas sedientos de venganza, que siguen en directo - y desde sus casas - el ajuste de cuentas del proyecto de The SunShine Press contra los malvados que nos gobiernan. Una justicia espectacuralizada se construye - cuyo rápido consumo difícilmente tendrá consecuencias -, pero que viene a calmar las ansias de una población cada vez más pesimista. Un producto de éxito que promete cambiar el mundo de base desde los nuevos púlpitos del mundo espectacular, y que no va a tener más consecuencias que algunos cambios de nombres en las filas del poder, el consumo de productos afines a Wikileaks y el haber trasladado la lógica de Hollywood a la hiperrealidad de los medios de comunicación - otra vez -.

Una conspiración antidemocrática
Wikileaks, que promete hacer transparente al mundo, se ha planteado como una plataforma que hace la guerra a las conspiraciones. Sin embargo el proyecto sólo tiene sentido dentro de la esfera conspirativa y su existencia es una negación de la transparencia.

Si Wikileaks es útil, lo es en función de revelar secretos y de que estos secretos sean importantes. La fuerza del proyecto reside en su capacidad para penetrar en la maraña de hilos que mueven el mundo. El poder está en las conspiraciones: gubernamentales, corporativas o criminales - este es el mensaje profundo de Wikileaks -, y The SunShine Press, a través de una red mundial de colaboradores anónimos, se plantea desenredar la madeja. Por nuestro bien. Al hacer esto no se cuestionan las estructuras del poder, todo lo contrario, se las legitima, al considerarlas las mayores y mejores fuentes de información. Y al reproducir en el propio seno de Wikileaks la estructura secreta y antidemocrática de sus enemigos.

Desde su página Web, Wikileaks(6) se define como un ente contrario a los sistemas de inteligencia y en la línea de fuego de éstos. Llegando a dedicar varios párrafos a desmentir su pertenencia a cualquier agencia gubernamental o corporativa. Para Wikileaks es fundamental distanciarse del resto de competidores. Su principal argumento para eliminar toda sospecha de complicidad - con sus proveedores - es remitirnos a la "evidencia". Para Wikileaks el rasgo principal de la inteligencia es la acumulación de información, mientras que ellos se dedican a la difusión. Pero... ¿Qué criterio se sigue para la difusión? ¿Cómo podemos tener la certeza el común de los mortales de que se difunde todo? ¿Quién supervisa la difusión? El secretismo inmanente a Wikileaks nos priva de cualquier respuesta a estas cuestiones. Debemos tener Fe.

Por otra parte Wikileaks comparte con sus rivales muchas características, el secretismo interno, la presumible posesión de una red global de informantes anónimos - que además se desconocen entre sí -, y la persecución de objetivos políticos. Los de Wikileaks: La idea de una prensa libre - y secreta - que mejore la transparencia de la sociedad .

Wikileaks nos lo da todo gratis, a cambio únicamente de Fe Ciega en la honestidad de sus fines y la veracidad de sus contenidos - los cuales insistimos son producidos por sus enemigos -. Es decir, una organización anónima, cuya cabeza visible es un fantasma perseguido por la Interpol, espera que confiemos en ella sin dudar y en nombre de la transparencia y la libertad de prensa. Cuando toda la información que tenemos de la propia Wikileaks procede de sí misma, siendo un organismo fuertemente centralizado en la figura de Julian Assange y que reproduce internamente la estructura vertical de gobiernos, corporaciones y organizaciones criminales. Un colaborador de base y anónimo de Wikileaks no sabe absolutamente nada de la estructura del ente, sin embargo Assange parece ostentar un poder absoluto.

Es curioso que un modelo explícitamente conspirativo y antidemocrático; que hace apología de los secretos de estado y de las agencias de información, construido de forma completamente vertical, de tal modo que la base de la pirámide - de dónde vienen las filtraciones que dan credibilidad a Wikileaks - no saben nada de lo que se cuece por arriba; se presente ante los espectadores mundiales como el baluarte de la prensa libre y la transparencia en la sociedad (7).

Wikileaks es lo que combate. Reproduce la estructura del poder y en última instancia lo legitima.

Julian Assange, un relato necesario
La figura de Julian Assange ha cautivado a los medios de comunicación del espectáculo, lo que equivale a decir que ha cautivado al mundo entero. Assange se presenta ante el público como un héroe redentor, un hacker dotado de una inteligencia sensacional capaz de poner en jaque a todos los déspotas del orbe. Y el público le ha respondido con incondicional amor. Por más que se le persiga y su vida corra peligro, ya posee el cariño del que toda estrella mediática goza. Su vida y Wikileaks son ya una y la misma película - se rodará -.

Julian Assange es el prototipo del gran libertador del siglo XXI como Osama Bin Laden lo es del terror absoluto. Es interesante ver que ambos relatos son complementarios - comparten incluso enemigo - y que mientras el segundo reforzó las conspiraciones gubernamentales, Assange viene a liberarnos de este mal que el 11S vino a alimentar. En realidad son dos caras de la misma moneda, un sistema que necesita de figuras espectaculares para regular sus propios excesos.

Sin Bin Laden la historia de Assange no tendría sentido y es revelador que ambos sean personas escurridizas.

Wikileaks o el Prometeo de humo
Con Wikileaks ha llegado Prometeo a la Sociedad del Espectáculo. Una estrella cuya luz terminará con todas las sombras de este mundo, para sacarnos de la caverna y situarnos ante la verdad, que a partir de ahora será única y universal.

Tenemos que entender, siguiendo la lógica de este mito, que una vez desvelados todos los secretos habrá de ser revelado el último; las entrañas de la máquina Wikileaks para regocijo de una humanidad que a partir de ese momento vivirá en el imperio de la verdad.

En realidad el secreto es ya conocido - esto es lo divertido -, y todo el mundo intuye más o menos en que consiste: La creación de una élite conspiratoria profesional situada por encima de la sociedad y las fuerzas que la gobiernan - también conspiratorias -, constituida en un poder sin uniformes, sin títulos y sin derechos oficiales, cuyo tremendo poder se basa precisamente en presentarse bajo ninguna de las apariencias del poder.

Wikileaks es en definitiva un Prometeo que únicamente puede ofrecernos humo, pues lo que nos cuenta, bajo la apariencia de importantes desvelamientos, no son más que los secretos a voces del mundo espectacular en que vivimos. Se trata de un creativo ejemplo de crítica lateral(8), en el sentido de querer mostrarnos lo que los medios ocultan - a través precisamente de esos medios(9) -. Por ello la capacidad revolucionaria de Wikileaks no es más que pólvora mojada. Su estructura y modus operandi repiten la lógica del gobierno espectacular y su aparente capacidad de transformación se disipa en el laberinto espectacular que ella misma ha creado.

Wikileaks es una burbuja que ha crecido muy rápido y cada día que pasa está más cerca el momento de su explosión - sin consecuencia alguna, por supuesto -.


carlos g. de castro


[1] Dato extraído de su propia página Web  http://www.wikileaks.ch/about.html   Punto 1.5 The people behind WikiLeaks.

[2] Este y los entrecomillados que siguen son textos sacados de la página Web de Wikileakshttp://www.wikileaks.ch
[3] Esta afirmación repetida una y otra vez tanto en las fugaces apariciones del icono Assange delante de la prensa como en los textos de referencia de la Web.
[4] Julian Assange, publicado en una entrevista en la versión inglesa de Al Jazeera.
[5] Ibíd.
[6] En el punto 1.5 The people behind WikiLeaks de su página Web http://www.wikileaks.ch/about.html  son constantes las referencias a las agencias de inteligencia.
[7] Así lo declaran en su Web.
[8] Utilizo el concepto de crítica lateral tal y como es definido por Debord en los Comentarios sobre la sociedad del espectáculo.
[9] No deja de ser llamativo que en los últimos tiempos Wikileaks haya decidido difundir sus secretos a través de los grandes medios de información como el diario El País en España. Seguramente para afianzar su legitimidad ante la opinión pública.