sábado, 17 de diciembre de 2011

El triunfo de la voluntad en el espacio de la representación

ANDREAS FOGARASI
Andreas Fogarasi. Vasarely go home / La ciudad del color, 2011.
 © Cortesía de MNCARS

La Ciudad de Color / Vasarely Go Home
Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía
Madrid

Construir / Desmontar
Centro Andaluz de Arte Contemporáneo
Sevilla

Desde el mes de septiembre y hasta enero tenemos simultáneamente en España dos exposiciones de Andreas Fogarasi (Viena, 1977), La Ciudad de Color/Vasarely Go Home en el MNCARS de Madrid y Construir/Desmontar en el CAAC de Sevilla. Las muestras, tomando diferentes objetos de análisis, realizan una aproximación crítica a los modos en que las instituciones culturales, políticas y económicas que nos dominan instrumentalizan el arte, la arquitectura y en general todo el ámbito de la representación para asegurar su hegemonía.

En La Ciudad de Color/Vasarely Go Home, Andreas Fogarasi confronta dos realidades diferentes que bajo la lupa inquisidora del artista dejan de ser antimonias para confundirse en una sola realidad. De un lado el uso del arte de vanguardia en la Budapest de finales de los sesenta para apuntalar y legitimar la utopía socialista; del otro, el uso constante de la cultura contemporánea por parte de nuestras instituciones para transmitir y reforzar la ideología paneconómica de la utopía capitalista. En nuestros días, no deja de resultar llamativo que ante la devastadora crisis económica, el modelo aparentemente “triunfador” sea el modelo productivo chino, una versión de capitalismo sin democracia.

A partir de aquí, la muestra madrileña se organiza en torno al documental Vasarely Go Home, una serie de entrevistas a diversos personajes de la escena cultural húngara de finales de los sesenta, que narra la peculiar acción acometida por el artista János Major durante la inauguración de una retrospectiva de Víctor Vasarely en Budapest. En aquella época el gobierno de János Kádár, primer secretario del Partido Comunista Húngaro, se encontraba aislado internacionalmente. Dentro de este contexto, las autoridades del régimen crearon el Instituto de Relaciones Culturales, un organismo encargado de la proyección exterior del arte húngaro. En 1969 este instituto fue el encargado de organizar la exposición del creador del Op Art en Budapest. Vasarely, quién vivía en París desde los años treinta, era uno de los artistas húngaros de mayor reconocimiento a nivel internacional; traer sus obras a Budapest era una buena oportunidad para el régimen comunista de lavarse la cara. A la inauguración de la retrospectiva asistió János Major portando una diminuta pancarta en el bolsillo de su chaqueta con el lema Vasarely Go Home, que mostraba discretamente a los sorprendidos asistentes; gesto sencillo e irónico con el cual Major expresaba su rechazo a la apropiación del arte de vanguardia por parte de la oficialidad comunista. En las entrevistas de Fogarasi, que se acompañan además por una selección de fotos del acontecimiento, se analiza la situación cultural húngara de la época y la repercusión que en los espacios contrahegemónicos del país tuvo esta pequeña acción subversiva, recordada catorce años después por Géza Perneczky en un samizdat – folletín clandestino – autoeditado en 1983.

La exposición continúa a través de una serie de estructuras de mármol, a medio camino entre biombos chinos y esculturas minimalistas, que Fogarasi ha dispuesto como soportes para fotografías. Las imágenes que nos muestra siguen el hilo de la crítica institucional; en ellas vemos algunos proyectos diseñados por Vasarely para decorar las grises barriadas obreras del Budapest de los años sesenta y setenta. Acercándose al presente, encontramos también escenas urbanas de distintas ciudades donde el arte de vanguardia se ha transformado en una estética Kitsch que lo impregna todo de forma grosera, multiplicándose hasta el infinito en cada detalle de la ciudad, y dando lugar a esa urbe monótona y sin alma por la que anduviera, siempre jugando, el Sr. Hulot en la película Mi Tío de Jacques Tati. La muestra se completa con un conjunto de paneles de mármol, de aspecto funerario, en los que se han horadado los logotipos de diversas instituciones culturales.

Andreas Fogarasi. Construir / Desmontar, 2011. © Cortesía de CAAC Sevilla
Contruir/Desmontar, su exposición en Sevilla, cambia el objetivo de la crítica. En esta exhibición el inquisidor punto de mira de Andreas Fogarasi se centrará en las instituciones políticas y económicas, y las relaciones que éstas mantienen con el espacio urbano. Desde la estética sobria y minimalista que le caracteriza, Fogarasi desmonta la maraña de intereses que están detrás del urbanismo contemporáneo y nos ofrece un panorama en el que la banalización de las formas arquitectónicas, la homogenización de las ciudades en el capitalismo avanzado y la desintegración de la vida comunitaria, son caras de un mismo prisma: el mundo monoideológico de la paneconomía, donde no impera más lógica que la del valor de cambio.

Los diseños urbanos se construyen de modo vertical, el poder reúne a las poblaciones donde éstas son más rentables para el desarrollo económico. Así en Süden, 2005, a través de estructuras de madera que recuerdan a las presentes en una feria de diseño, Fogarasi muestra textos y material visual sobre las autostadt, las ciudades creadas en torno a las grandes fábricas de coches, objeto fetiche de la modernidad.

Pero, si la población abandona los antiguos núcleos urbanos ¿quién queda en los centros históricos? Un flâneur contemporáneo que hiciera sus juegos topográficos en nuestras ciudades no encontraría otra cosa que turistas y precarios trabajadores del sector servicio, además de aburrirse soberanamente por la ausencia de matices... Este hecho es destacado por Fogarasi en varias de las piezas presentes en Sevilla. En Cities, 2006 el artista dibuja a lápiz una serie de lemas como: The First City, The Golden City, Ville de Sport, etc. Con la misma letra y la misma cadencia estos lemas se presentan a lo largo de toda una pared, recalcando la imposibilidad de distinguir ya unas ciudades de otras. El tema continúa con sutil ironía en Public Brands, un work in progress sobre la sustitución de la ciudad por su marca. Fogarasi instala dos pantallas, una dedicada a ciudades alemanas y otra dedicada a regiones francesas, en donde sobrios y monocromos logotipos de estos topos se suceden hasta el infinito entre fundidos al blanco. Public Brands se completa con la instalación de una fotografía anular, sobre madera y cables de acero, tomada desde un edificio de la ciudad de Viena. En las cristaleras de este edificio el espectador atento encontrará adosadas letras de diferentes caracteres, incapaces de insinuar una diversidad cultural extinta bajo el manto banalizador de la mercancía.


La identidad urbana, reducida a mera marca, refuerza una serie de imágenes “positivas” de la ciudad mientras oculta todo aquello que afearía la idea prístina del parque de atracciones que se quiere vender. Este concepto es el que late en las obras Barcelona Sights, 2010 y Constructing/Dismantling, 2010. En la primera, Fogarasi coloca minúsculos dibujos de lugares de interés turísticos de la Ciudad Condal perdidos en un inmenso fondo blanco, quizás pensando en la imposibilidad de representar la heterogeneidad de la comunidad urbana por parte de estos edificios-insignias. La segunda está compuesta por tres vídeos grabados en la ciudad de Compostela: las obras del faraónico proyecto de Peter Eisenman para la Ciudad de la Cultura, una alfombra floral con el número 2010 barriéndose y creándose en bucle, y el desmontaje de un recinto ferial en la alameda de la ciudad. Proyecciones que nos dan una idea precisa del destino último de todas las viejas ciudades europeas: constituirse en decorados espectaculares para el desfile del turista y su dinero.

Esta idea de decorado cobra aún más fuerza en el vídeo Folkemuseum, 2010, rodado en el pueblo – museo donde el rey Oskar II quiso reunir toda la vida rural de Noruega. El absurdo llega a un grado tal que en esta pequeña Disneylandia anticipada conviven edificios de diferentes épocas y geografías. Fogarasi, no sin sentido del humor, añade textos sobre las imágenes donde se insinúa constantemente el alto grado de elaboración que pesa sobre la transmisión de la historia: «Quien controla el pasado controla el futuro. Quien controla el presente controla el pasado», que diría George Orwell. Y es que el dominio sobre el espacio y la memoria son una y la misma cosa: luchas ideológicas por el poder.

Junto a la proyección de Folkemuseum, en el interior de una vanguardista caja negra de estética dispuesta para la ocasión, podemos ver la serie de vídeos Kultur und Freizeit, 2006/2007, obra presentada en el pabellón de Hungría durante la Bienal de Venezia de 2007. Las proyecciones narran las vidas de los Centros Culturales de Budapest, antiguos lugares para la encarnación de la utopía socialista y en la actualidad en proceso de digestión, articulación y transformación simbólica por parte de la autoridad capitalista.

Damnatio memoriae, construcción y desmontaje continuo de la historia, de la ciudad, de la información... Andreas Fogarasi nos invita a mantener una suerte de filosofía de la sospecha sobre los relatos oficiales, obligándonos a tener siempre presente aquella sentencia que Walter Benjamin expusiera, casi desesperado, en su tesis VII Sobre el Concepto de Historia: «No hay documento de cultura que no lo sea al tiempo de barbarie».

Carlos G. de Castro, 2011

viernes, 28 de octubre de 2011

El Restaurante de Mademoiselle Innocent

Salón principal


Mesa 1: El pueblo francés alimenta a Luis Felipe de Orleans representado en forma de pera / HONORÉ-VICTORÍN DAUMIER, 1834.

Mesa 2: Escena de “The Godfather”: Michael Corleone mata a Sollozo y a McCluskey / FRANCIS FORD COPPOLA, 1972.

Mesa 3: Fragmento de la escena de “Salò o le 120 giornate di Sodoma”: el Círculo de la mierda / PIER PAOLO PASOLINI, 1975.

Mesa 4: “In ictu oculi” / GRETA ALFARO, 2009

Mesa 5: Escena de baile en “La Grande Bouffe” / MARCO FERRARI, 1973.

Mesa 6: Escena final “The cook, the thief, his wife and her lover” / PETER GREENAWAY, 1989.

Los 10 consejos para el éxito del joven cocinero
{Restaurante de Mademoiselle Innocent}

Bienvenidos jóvenes cocineros que ansían una primera oportunidad, Mademoiselle Innocent se la da aquí y ahora. No tengan ninguna duda, en los siguientes consejos radica el secreto del éxito en la cocina y en la vida. En nuestro reconocido restaurante la mejor formación en las artes culinarias viene acompañada de una excelsa formación del espíritu. Nos ocuparemos de ustedes como cocineros y como personas, inculcándoles desde el comienzo una ética indispensable para el trabajo, que aleje de sus inexpertas mentes todo relativismo y les dé las fuerzas necesarias para culminar cualquier objetivo que se propongan.

Ahora bien, sean conscientes de que nosotros únicamente nos limitamos a señalar el camino. En ustedes recae la responsabilidad de recorrerlo. En ustedes está lograr las más altas cotas de reconocimiento social. En ustedes está el alcanzar la felicidad de ser los mejores. En ustedes está el elevarse sobre la masa y lucir con orgullo la Toque Blanche de un jefe de cocinas. Si fracasan no culpen a Mlle. Innocent, quién sólo ofrece su ayuda.

En su condición de futuros miembros de nuestro staff deben saber, además, que la grandeza de un banquete no es algo baladí. De hecho, el momento de la ingesta del condumio – nuestra especialidad – es un acontecimiento de vital importancia para el desarrollo de las relaciones humanas, de una trascendencia inclusive mística cabría añadir. Por ello, esperamos de ustedes una dedicación absoluta a sus obligaciones, que será obviamente recompensada a su tiempo. Añadir también que exigimos la completa discreción de nuestro personal con respecto a la intimidad de nuestros clientes. Diversos motivos desencadenan los telúricos eventos que aquí vendemos, pero el cocinero debe dedicarse exclusivamente a saciar sensual y estéticamente al comensal, sin jamás inmiscuirse en la razón de ser del festín. Ningún chef que haya obviado este precepto ha sobrevivido en nuestro negocio siquiera el tiempo de hervir un huevo. Lamentable oprobio, indigno hasta de un vulgar sollastre, sonroja los bellos pómulos de nuestra amada Mlle. Innocent. ¡Si supierais la desazón que acongoja su corazón cada vez que un joven pierde el rumbo! Hay quién dice que tras el último defenestrado una lágrima cristalina recorrió su sereno y afilado rostro.

El cocinero, el poeta, el alma nutricia del espectáculo, debe ocupar el lugar que le corresponde por derecho, aguardando sereno la finalización del gaudeamus para aparecer ante su público laureado. Y siguiendo inmemorial guión, recibir el bienaventurado aplauso de profanos y entendidos. Éstos, los segundos, le auparán a la gloria – si ha hecho lo que debe querer hacer – y su nombre, escrito en letras de oro, aparecerá en las más sublimes publicaciones dedicadas a las bellas artes de la cocina. Pero si fracasa, y estos paladares exquisitos no dan su aprobación, su nombre quedará relegado al olvido y su persona, condenada a ostracismo, no será vista más entre nosotros.

Nada que temer futuros jefes de cocina, Mlle. Innocent se preocupa por ustedes, sus consejos son un tesoro que han de albergar en su pecho, si los poseen, la abundancia y la prosperidad jamás les darán de lado.

¡Ganen toda esperanza los que entren en el restaurante de Mademoiselle Innocent!

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CONSEJO 1º
ACTÚEN SIEMPRE CON ENTUSIASMO EN EL RESTAURANTE

Han de tener presente que el entusiasmo no es otra cosa que la manifestación de nuestra energía psíquica interior, una energía que deben aprender a conocer y controlar, si la proyectan adecuadamente sobre sus guisos el éxito estará garantizado. Aprendiendo a usar correctamente este enorme potencial – que se encuentra en todos nosotros – la energía que vuelquen en sus platos pasará a sus clientes, afectando positivamente a su estado de ánimo y éstos sabrán apreciar su talento.

Evidentemente no siempre se incorporarán a su puesto de trabajo en los estados emocionales más productivos – somos conscientes de ello –, pero no se preocupen. No importa lo que hagan ni las circunstancias en las que se encuentren, trabajen siempre con entusiasmo – o fínjanlo –. El buen cocinero ha de ser un entusiasta – o parecerlo – concentren toda su energía en la tarea, alborócense en ella, relájense y vacíen sus mentes, los resultados les sorprenderán. Y recuerden: entreguen siempre a los pinches los platos con una amplia sonrisa en el rostro.

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CONSEJO 2º
SEAN CONSTANTES EN EL APRENDIZAJE DE NUESTRO SISTEMA

Somos conscientes del alto nivel de exigencia al que deben responder nuestros cocineros, pero no se sientan desanimados antes de empezar, ustedes lograrán llegar al ritmo exhortado si son constantes. Únicamente necesitan perseverancia.

Habrá días que estén hasta a la coronilla: la cocina estará hasta arriba de pedidos, el marmitón remoloneará, el jefe de cocina les dará varias órdenes a un mismo tiempo, no encontrarán tal ingrediente… Serán precisamente estos momentos los que pongan a prueba su entusiasmo. Perseveren, sigan adelante, Press on! ninguna eventualidad por aciaga que sea debe separarlos de su meta.

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CONSEJO 3º
CUMPLAN SIEMPRE CON SU DEBER EN COCINA

Afortunadamente en casi todas las situaciones que vivan en cocina estará claro lo que está bien y lo que está mal. Habrá veces – es cierto – en las que puedan existir dudas, en tal caso realicen la opción que su conciencia les dicte correcta ¡y olvídense de los resultados!

Obviamente en el restaurante lo importante es el resultado: hay que estar a la altura, satisfacer al consumidor, ofrecerle el producto adecuado y al mejor precio, etc. Pero a nivel personal ¡no se obsesionen con el resultado! Recuerden que tienen la confianza de Mlle. Innocent. Sean entusiastas y constantes, den siempre lo mejor de sí mismos y el resultado vendrá por añadidura. Sin titubear, lancen la piedra y escondan la mano, porque ésta llegará al lugar adecuado si sus decisiones han sido las correctas. Estén seguros.

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CONSEJO 4º
NO PRE-OCUPARSE DURANTE LAS LABORES

Si ustedes en el restaurante utilizan únicamente estos tres primeros consejos, ¡van a ser los líderes! Pues, qué pocas personas nos cruzamos que sean entusiastas, constantes y que siempre hagan lo que deben… Pero hay un cuarto consejo a tener en cuenta para sobrevivir en este negocio y que es asimismo importante: no se preocupen. No se preocupen nunca por nada. ¿Cual es el sentido exacto de esta afirmación tan desconcertante aparentemente? No entiendan por ello que queremos decirles que sean ustedes unos irresponsables, ni muchísimo menos. Preocuparse significa exactamente lo que indica el término: ocuparse de algo indebidamente, antes de tiempo. Cuando ustedes estén entre hornos y sartenes ocúpense exclusivamente de su tarea, dejen la mente en blanco, enfoquen toda su energía psíquica hacia la cocción y el condimento de salsas. ¡Olviden todo lo demás en ese momento! ¡En mi cocina no entran sus problemas! Cuando estén trabajando no se preocupen, todo irá bien.

Llegados a este punto permítannos recomendarles algo de lectura: How to Stop Worrying and Start Living de Darle Carnegie. Es una publicación deliciosamente americana, ágil y también muy divertida. Estamos seguros de que disfrutarán del libro tanto como nosotros.

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CONSEJO 5º
EN NUESTRO COSMOPOLITA AMBIENTE DEBEN DOMINAR DIFERENTES IDIOMAS

Este quinto consejo es para que ustedes multipliquen sus habilidades de comunicación y favorecer su enriquecimiento personal. Cuando han adquirido ya un cierto nivel de capacidades culinarias, conocen un gran número de recetas tradicionales o modernas, se manejan con soltura entre fogones y creen que el arte cisoria no tiene misterios para ustedes ¡están a punto de perderse! Se enfrentan a un riesgo mortal, encerrarse en su pequeña concha y caer en la rutina de preparar sin cuidado los mismos entremeses un día tras otro. Han llegado a un momento decisivo en la carrera de todo chef, el momento en que se dilucida si serán cocineros de renombre que pasearán altivos por el Gran Mundo o caerán en el amaneramiento y la vagancia, quedando relegados a simples guisanderos de provincias.

Es necesario tomar medidas, hacerse conscientes de su insignificancia. Preguntarán que ¿cómo pueden alcanzar la correcta perspectiva y situarse por encima de su miserable localismo? Sencillo, y este es nuestro quinto consejo: aprendan idiomas. Es esencial para trabajar con nosotros que hablen distintas lenguas, y sobre todo una: el inglés. En la lengua de Shakespeare encontrarán los mejores libros de recetas y leerán las reseñas de los más celebérrimos críticos culinarios, aquellos de los cuales depende su fama. No lo olviden.

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CONSEJO 6º
ESTÉN AL TANTO DE LO QUE OCURRE EN EL MUNDO

Nuestro establecimiento es un restaurante internacional frecuentado por gentes de todos los rincones del globo. Así, relacionado con el anterior consejo viene nuestra sexta recomendación: deben estar al tanto de lo que ocurre en el mundo ¡no sean asnos!

Todos los días hay que leer la prensa y sobre todo prensa extranjera, ¡ensanchen su mente! Mlle. Innocent ha redactado para ustedes una variada lista con las revistas y periódicos más interesantes – huyendo de publicaciones sesgadas ideológicamente –, lecturas útiles que les ayudarán a formarse una opinión verdadera sobre los asuntos de mayor relevancia y actualidad. De este modo evitarán caer en el pobre localismo de los fracasados, aquellos que piensan que el mundo se limita a su triste vida cotidiana. Y nada hay más falso que eso. Si siguen este consejo los clientes tendrán un alto concepto de ustedes.

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CONSEJO 7º
MANTENGAN EQUILÁTERO EL TRIÁNGULO DE LA FELICIDAD

Trabajo. Familia y Amistad. Cultura. Todo ser humano desarrolla su existencia en estas tres facetas. Nuestro séptimo consejo es que alimenten armónicamente estos tres principios para obtener el óptimo equilibrio psicobiológico. Pasen un tercio de su vida en el trabajo y otro tercio con familia y amigos, o practicando algún hobby enriquecedor, ¿no les gustaría aprender a pintar? – sepan que Mlle. Innocent es una amante del arte, nada hay que le guste más que embelesarse ante una obra bella –. Cuando la armonía reina entre las tres esferas de la condición humana, éstas se configuran formando un triángulo equilátero, el triángulo de la armonía. Si logran la estabilidad geométrica de la figura – visualícenla mentalmente – conseguirán una vida repleta de felicidad. Por el contrario, si olvidan desarrollar alguna de estas facetas, su triángulo se desequilibrará pudiendo provocarles serias complicaciones económico–emocionales.

*Nota: Hay un grupo de ustedes, concretamente las mujeres candidatas a cocineras, que lo tenéis un poquito más difícil que vuestros compañeros varones. En la vida moderna a la mujer parece que se le exige ser superwoman: tiene que ser una excelente profesional, una amante sobresaliente y la mejor madre. ¡Esto es imposible y esquizofrénico! Existen por todas partes tentaciones que os empujan y obligan a que triunféis profesionalmente, minusvalorando a nivel social el trabajo doméstico. Para muchas de vosotras será una opción legítima renunciar a la vida familiar por una carrera profesional, es una decisión personal en la que no deseamos inmiscuirnos – pero sí esperamos que a la hora de tomar la decisión conozcáis claramente los costes en los que incurrís –.

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CONSEJO 8º
APROVECHE SU ESTANCIA CON NOSOTROS PARA DESARROLLAR SU FUNCIÓN EMPRESARIAL

Aunque Mlle. Innocent les aprecia no pueden pasarse toda la vida bajo su falda; en nuestro restaurante esperamos ofrecerles los medios para que maduren, rompan el cascarón y se conviertan en individuos autosuficientes. Nada nos congratula más que la despedida de un pupilo triunfante: aquel que expande nuestro modelo y funda su propia franquicia – también ella comenzó así –. Por eso, el octavo consejo es que aprovechen el tiempo que estén con nosotros para desarrollar su función empresarial: la capacidad de estar siempre vigilantes y captar en el acto cualquier oportunidad de ganancia que surja a su alrededor y aprovecharla.

Toda la vida social gira en torno a la función empresarial. De nada sirve que sean entusiastas, constantes, cumplidores en el deber, que no se preocupen indebidamente, que tengan un alto nivel de conocimientos de idiomas, que estén al tanto de los temas de actualidad y que sean personas equilibradas… si llega una oportunidad y como idiotas se quedan paralizados y la dejan escapar. Deben ser perspicaces mis jóvenes cocineros, es seguro que si movilizan toda su vida en función de un fin saldrán múltiples oportunidades de negocio, ¡como hongos debajo de las piedras! Ustedes tendrán que estar ahí y aprovecharlas. Al fin y al cabo únicamente tendrán éxito en la vida si son buenos empresarios.

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CONSEJO 9º
POR FAVOR TENGAN ESPÍRITU CRÍTICO

Nuestro consejo número nueve es que conserven siempre su espíritu crítico ¿Y qué significa tener espíritu crítico? Pues que no se dejen llevar, que no sean ustedes ovejitas manipuladas. Se convoca una manifestación en contra de los transgénicos y venga todos a la manifestación… ¡Que no, señores! Son ustedes nuestros futuros cocineros, alguno además un futuro jefe de cocinas quizás o un flamante futuro propietario de una franquicia. ¿Quién sabe? Tienen ustedes capacidad de sobra para volar por sí mismos y no necesitar a nadie.

Qué penoso salir del restaurante, formar parte de esa masa silenciosa y dejarse embaucar. Nosotros les decimos que se cuestionen todo lo que otros les digan o les muestren. Sométanlo a un análisis crítico bajo la luz de sus fuertes convicciones. Se darán cuenta de que la mayor parte de las verdades oficiales son mentira, que la manipulación campa por todos lados, que buscan acorralarles y sumirles en el desconcierto. ¡No le presten oídos! Si hay algo que verdaderamente podemos darles aquí es el desarrollo de ese espíritu crítico que necesitan. Avancen con la mayor seguridad, con la mayor tranquilidad, todos los demás están manipulados.

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CONSEJO 10º
TENGAN SIEMPRE UN COMPORTAMIENTO SERIO Y ÉTICO, O SIGAN ADELANTE

Qué pasa si a pesar de querer tener siempre un comportamiento serio y ético, excelente en todos los ámbitos de nuestras vida y que fortalezca nuestro triángulo equilátero de la armonía, caemos. Porque podemos caer hermanos… A fin de cuentas, como Mademoiselle Innocent afirma, todos estamos hechos de la pasta humana y ésta es débil – lo sabemos –. Pero escúchennos atentamente jóvenes cocineros, porque este es nuestro último y más importante consejo:

Si en alguna circunstancia no están ustedes a la altura de los acontecimientos, y si cometen ustedes errores – errores graves –, si su comportamiento no es serio y ético en alguna circunstancia, si se comportan ante los ojos de los demás o de su consciencia de una forma inmoral, inadecuada o lasciva ¿Qué deben hacer? Pues muy sencillo. Lo primero es reconocer el error, incluso repararlo si es posible, y tras ello – no hay más alternativa – ¡deben seguir adelante! Resurgir de sus cenizas cual ave fénix y continuar. Ésta es la fórmula de asumir su propia naturaleza y sobrevivir, impasibles, a pesar de sí mismos.

Y esto es todo mis jóvenes cocineros, les agradezco sinceramente la atención prestada y les deseo lo mejor.

Muchas gracias.

Firma Mademoiselle Innocent

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El Restaurante de Mademoiselle Innocent es un proyecto de Carlos G. de Castro para la Web nowwwh

lunes, 24 de octubre de 2011

Apunte: Las revoluciones zombi, guerrillas reaccionarias y guerras corporativas. Un nuevo perfil bélico en siglo XXI

Un grupo de rebeldes posa junto al cadáver de Muamar Gadafi.
Durante el siglo XX se forjó una iconografía de La Revolución. En nuestra memoria colectiva se suceden bolcheviques tomando el Palacio de Invierno, soldados comunistas chinos caminando la Larga Marcha, milicianos españoles defendiendo el Valle del Jarama, partisanos italianos luchando contra el Eje a las puertas de la República de Saló, Stjepan Filipović en el patíbulo gritando ¡Muerte al fascismo, libertad al pueblo!, guerrilleros latinoamericanos agazapados en selvas, el Che, las milicias del Vietcong surgiendo de la nada en pleno monzón...

Imágenes todas ellas de un tiempo perdido, la modernidad, que tras la caída del muro pasó para siempre. Un tiempo que, sin embargo, en la postmodernidad ha servido para generar una estética del relato revolucionario donde éste ha dejado de ser una herramienta de liberación para convertirse en una herramienta de dominio. La estética revolucionaria, cuidadosamente deconstruída y vaciada de su contenido original, se ha desplazado - por un acto apropiacionista -, desde el espacio de la resistencia al espacio del poder. El nuevo relato revolucionario es un standard repetible en cualquier tiempo y lugar donde sea requerido tumbar un gobierno, una plantilla que sólo necesita de unos pocos elementos: un puñado de "rebeldes" – a poder ser barbudos desaliñados ataviados de ropas militares y fusiles automáticos -,  algunos extras que los jaleen, unas banderas, un par de discursos de lata aliñados con ecos de revoluciones pasadas y una cobertura mediática goebbeliana. Hijas de la castración revolucionaria y el triunfo del capitalismo corporativista a nivel global, nuestro tiempo ha visto "nacer" las revoluciones zombis, perversos epílogos de un mundo que pudo ser pero no fue, y que sólo sobrevive como marioneta bajo los hilos de su enemigo. Por ello, de ahora en adelante deberemos ser precavidos y sospechar de cualquier movimiento "libertador" que presente rasgos estéticos similares a los tradicionalmente atribuidos a "los rebeldes", porque en el tiempo actual la estética de la guerrilla es la cortina tras la que se esconden las guerras corporativas, idiosincrasia última del belicismo contemporáneo.

El Coronel Muamar Gadafi, tirano de los libios, ha sido asesinado este pasado 20 de octubre por una banda de mercenarios a sueldo de las multinacionales petroleras, que con dinero privado y público han protagonizado una guerra por el oro negro. Inversión que sin duda verán - las corporaciones, que no los Estados - rentabilizada a corto o medio plazo. Así, mientras Libia se sume en las tinieblas de la división - y ahora sí, quizás, la guerra verdadera -, el capitalismo internacional extraerá de pozos defendidos por ejércitos privados el ansiado crudo que Gadafi les tenía vetado, y con el que sin duda el déspota costeaba sus caras excentricidades.

Lejos - cercenado - queda ya el tiempo en el que el Coronel era recibido por todos los líderes mundiales. Hasta ayer, un Gadafi arrepentido de sus impulsos terroristas se paseaba alegre y seguro por las cortes occidentales cargado de regalos y lujo oriental. Pero el voraz consumo energético tiene sus exigencias, la máquina capitalista no se detiene, y el Coronel, viejo fósil de un mundo que ya no existe, tenía las horas contadas... La rueda de la guerra se puso en marcha y bajo el paraguas de la falsa guerra civil, que los medios han construido para una desinteresa opinión pública - con permiso de la ONU y bajo tutela de un Premio Nobel de la Paz - el poder del dinero decidió que el tiempo del Coronel había terminado.

¿Pero por qué no atacar a Libia directamente como en el caso de Irak y crear toda una falsa guerrilla para una revolución zombi? Quizás porque las corporaciones capitalistas, ideólogas de esta guerra, no son un poder legítimo y ávidas de legetimidad recurren a las instituciones que aún poseen prestigio ante la opinión pública: la democracia liberal - representada por el binomio OTAN/ONU - y - curiosamente - el relato revolucionario, viejo enemigo de la democracia liberal.

El "brigadista" norteamericano Chis Jeon
en una escena de la Guerra de Libia
No hace falta decier que el uso de fuerzas de falsa bandera y el camuflaje de intereses exógenos bajo la apariencia de intereses endógenos no es nada nuevo. La revolución zombi, que en Libia tiene el máximo y más patético exponente conocido hasta la fecha, es un artificio largamente gestado. De este modo, sucesos tales como el intento de desembarco en Playa Girón por un grupo de exiliados cubanos financiados y entrenados por EE.UU., el asesinato y golpe de estado contra Salvador Allende o la guerra de Irak so pretexto de la existencia de armas de destrucción masiva, son los precedentes cronológicos del simulacro que ha sido la guerra libanesa. Pero a diferencia de los hechos anteriores, en los que el poder capitalista mundial intervenía de forma más o menos abierta en determinados lugares, en el caso de Libia se ha montado todo un relato revolucionario, directamente arraigado en el ideal de las guerrillas comunistas de los cincuenta y sesenta, y se ha ofrecido una cobertura mediática diferente desde todo punto de vista. De cara al público se ha querido vender – afortunadamente con bastante poco éxito – la existencia de un verdadero movimiento de liberación y de unos bravos rebeldes que con entrega luchaban para liberar a los libios de la tiranía del coronel. Una película aderezada con anécdotas curiosas como la presencia, más mediática que real, del brigadista Chis Jeon, un americano que partió al norte de África a luchar con los rebeldes “porque molaba”.

Llegados a este punto cabría preguntarse si el fenómeno de la revolución zombi: la guerra imperialista desencadenada por intereses comerciales escondida tras la cortina del relato revolucionario tradicional; viene para quedarse o no. Realmente hay muchos elementos que la delatan, para empezar una curiosa falta de imágenes de los acontecimientos que el cuerpo de Gadafi no logra llenar, la ausencia de portavoces reconocibles – y de discurso – o la inexistencia de grandes masas en movimiento, como demuestra el hecho de que las calles de Trípoli no se hayan abarrotado celebrando la “liberación” - tampoco se abarrotó la plaza donde los americanos derribaron en directo la famosa escultura de Saddam Hussein, tras el inicio de la ocupación -. Pero, por otra parte, el éxito conseguido y la carencia de un movimiento ciudadano contrario a la Guerra de Libia en Occidente, pueden hacer atractiva la idea de la revolución zombi a los ojos de los poderes económicos, quienes tras la guerra de Irak dilapidaron gran parte de la legitimidad de la democracia liberal.

Paradógicamente el relato revolucionario puede haberse convertido en un nuevo filón de legitimidad para el corporativismo internacional, ofreciendo un medio con el que continuar sosteniendo sus guerras por el control de los recursos naturales del planeta. Y todo esto en un momento en que las democracias se encuentra en horas bajas, acosadas en todo el globo por movilizaciones multitudinarias.

La guerrilla es ahora reaccionaria.

24/10/11 · Carlos G. de Castro · NOTON

domingo, 4 de septiembre de 2011

Apunte: La obediencia a la autoridad en la Democracia Realmente Existente

En nuestro tiempo la universalidad hegemónica de la democracia es incuestionable, la principal razón de que “esto” sea así es la creencia en su legitimidad. Por mucho que haya generado y siga generando focos de resistencia-  donde hay poder hay resistencia que diría Foucault -, lo cierto y verdad es que la obediencia a su autoridad es masiva y global. Si tenemos en cuenta el pensamiento de Weber, para el cual toda auténtica relación de dominio va acompañada de una mínima voluntad o interés en obedecer, la cuestión que se nos plantea es la siguiente: ¿de dónde procede la voluntad de obediencia a la democracia?


Acción urbana, colectivo Democracia, 2008
El éxito de este sistema de dominio procede de la confluencia de varios factores que, a lo largo de los últimos siglos, le han procurando una fe siempre constante en su autoridad por parte del cuerpo social. Así, el poder de nuestras democracias obtiene su legitimidad al operar dentro del marco de un ordenamiento jurídico racional que, a ojos de la sociedad, aparece como justo. Pero la obediencia basada en una mera razón instrumental es insuficiente para explicar el rotundo éxito de este tipo de estructura social. En la democracia realmente existente los motivos de índole racional van acompañados de motivos emocionales, los cuales generan constantemente dispositivos de obediencia y fe en su autoridad. Estos motivos sintetizados en el American way of life podemos resumirlos en los siguientes: 


- creencia en que bajo las democracias capitalistas se llega a la máxima expresión de libertad individual. 


- creencia en el progreso continuo de la economía.


- fe absoluta en el potencial de la técnica para resolver todos los problemas humanos. 


Cuestiones todas ellas subjetivas que sin embargo fundamentan, junto con un ordenamiento jurídico racional, la hegemonía universal de la democracia.


Un ejemplo de la gran aceptación y popularidad del término DEMOCRACIA lo tenemos en las actuales movilizaciones de índole contrahegemónica que se aglutinan en torno al 15M. El hecho de que una de las plataformas generadora del movimiento se denomine Democracia Real Ya, DRY, o de que durante las marchas se grite ¡lo llaman democracia y no lo es! ejemplifica claramente que: a pesar de la degradación y corrupción de las democracias realmente existentes, la fe en su sistema y su legitimidad prevalecen. Este hecho hubiera sido análogo a unas hipotéticas movilizaciones que durante la Prestroika hubieran ocurrido en las calles de Moscú exigiendo Socialismo Real Ya. La diferencia estriba en que para las sociedades del telón de acero el socialismo carecía ya de legitimidad, mientras que para las sociedades liberales actuales la democracia sigue siendo fuente de autoridad. Lo cual no deja de ser significativo, cuando es precisamente la consideración de la democracia como legítima lo que permite a los mercados el uso de los resortes de la administración democrática para imponer su ideología. En esta partida de ajedrez ambos bandos, desde posiciones asimétricas, están jugando con la legitimidad democrática. Y esto es posible porque la democracia en la actualidad no es otra cosa que un continente distorsionado y vacío, un universal hueco que puede ser ocupado y usado por cualquier contenido específico.


Por otro lado, la construcción de la legitimidad democrática presenta también un alto sesgo ideológico procedente de la normalización del cuerpo social. Tenemos que comprender que, hasta cierto punto, la arquitectura social diseñada por el binomio democracia – capitalismo ha generado un mundo a su imagen y semejanza. El individuo democrático ha sido construido desde su nacimiento por un gran número de instancias (la familia, la escuela, la publicidad, la empresa...) que han determinado y normalizado en gran medida su conducta y modo de pensar, haciendo que vea la realidad a través de las lentes de la ideología que le ha dado forma y sin la cual, probablemente, desaparecería. Desde este punto de vista, cabría quizás interpretar la idea mentada por Slavoj Žižek: es más fácil imaginar el fin del mundo que el fin del capitalismo, como la posibilidad de la que el individuo democrático sea en alguna medida consciente de su artificialidad, de su dependencia genética del capitalismo y de la imposibilidad de su existencia en una sociedad diferente. Y de ahí, que la obediencia a la autoridad en las democracias realmente existentes tenga también algo de instinto de supervicencia.


Carlos G. de Castro / NOTON

viernes, 2 de septiembre de 2011

Una búsqueda de conocimiento a través de las músicas minoritarias. Entrevista a Matt Stokes.

El artista Matt Stokes, durante el montaje de su exposición en el CAAC. | Efe
Matt Stokes nos da las claves para situar en su justo contexto una exhibición que, desde la estética pero rozando el punto de vista antropológico, nos habla de cómo a través de las subculturas se generan y definen diferentes grupos sociales que por medio de la música expresan sus creencias y modos de vida distintivos.

Carlos G. de Castro. La muestra, integrada en la sesión expositiva La Canción como Fuerza Social Transformadora, está compuesta por varias piezas que se aproximan a distintas subculturas musicales: punk, grindcore, folk, notherm soul, cave rave. ¿De dónde viene el interés por la música en su trabajo?

Matt Stokes. Para mí la música es un lenguaje universal, la música es algo que influencia a las personas y marca sus puntos de vista. En particular la música de las subculturas, mucho más que las músicas mayoritarias, nos habla de los diferentes tipos de creencias y modos de vida. Y esta capacidad de la música de afectar a la gente es algo que encuentro absolutamente increíble.

CGC. En algunos textos que hablan sobre su obra se insiste constantemente en la defensa de las diferentes subculturas como algo vivo, gracias al esfuerzo de una comunidad de seguidores. En este sentido, piezas como el vídeo The Gainsborough Packet, ambientado a comienzos de la Revolución Industrial, nos ofrece una adaptación folk–pop de un texto redactado en el siglo XIX: la carta de un tal Jon Burdikin a su amigo Pybus. ¿Cómo suele enfocar la relación entre el pasado y el presente de un determinado estilo musical o una subcultura?

MS. Bien. Estamos hablando de la conexión con la herencia. En el caso de la carta de Jon Burdikin, en la que se basa la canción del vídeo The Gainsborough Packet, hallé este documento cuando me encontraba haciendo una investigación de archivo a la búsqueda de material. Di con una historia interesante enmarcada en los comienzos de la Revolución Industrial, un momento que afectó de manera sustancial a la sociedad. En general, en mi trabajo siempre he buscado el vínculo con la historia. Tanto en el punk, como en el grindcore o en el resto de músicas de subculturas que aparecen en Nuestro Tiempo, trato de enlazar cada música con su historia, esto es muy importante para mí. Se trata de una búsqueda de conocimiento a través de las músicas minoritarias.

CGC. Siguiendo con The Gainsborough Packet, el uso de la carta de Jon Burdikin revela un acercamiento al archivo a la hora de desarrollar sus piezas. ¿Qué papel juega el uso del archivo, el acercamiento al pasado, en su proceso creativo?

MS. Para mí lo principal está en reunir a las personas que forman parte de una música particular. Con The Gainsborouh Packet el punto de partida fue el hallazgo de la carta en los archivos. Pero más importante que eso fue conocer a Sam Lee, un joven cantante miembro de la Camden-based English Folk Dance and Song Society, quién pone la voz a Burdikin en el vídeo. Fue una persona que influyó realmente en la pieza ya que me habló mucho sobre las corrientes del folk y sobre el folk en sí mismo. En el caso de these are the days – otra de las piezas – que hice en Austin, Texas, conocí a gente que había vivido los inicios del punk en esa ciudad como Tim Hamblin. Reunirme con esta gente es para mí fundamental; a menudo me gusta conocer a esas personas, rebuscar en sus historias, reunirme con ellos... además de buscar en los archivos. Todas estas cosas tienden a estar juntas.

CGC. Entonces una de las características principales de su método de trabajo consiste en sumergirse en el interior de cada comunidad, vivir con sus miembros, comprender sus motivaciones... ¿Cómo suele plantear este acercamiento en general y cómo fue en el caso de these are the days en Austin en particular?

MS. El principal riesgo es sentirse como un turista cultural, a veces me he sentido así. Creo que esto es uno de los motivos por los que en cada proyecto que hago necesito sentirme cómodo con la situación. Conocer a la gente es importante para sentir que tengo una buena comprensión de qué está pasando en un lugar determinado. Para mí, y es personal, es fundamental involucrarse de lleno en la materia, como en el caso de la escena punk de Austin.

CGC. En Austin contactó con algunos coleccionistas de la escena punk de los 80 y 90 como Tim Hamblin y también con miembros actuales de la subcultura, que son quienes aparecen en los
vídeos de these are the days. ¿En qué ha cambiado el punk desde sus orígenes?

MS. Bien, Tim Hamblin es una figura importante en los orígenes del punk, él es británico, se trasladó a Austin en los 70. En el Reino Unido experimentó con el punk antes de trasladarse a EE.UU. Se largó precisamente cuando la escena punk empezaba a decaer en Inglaterra. En Austin fue la primera persona que me contó cosas interesantes sobre el punk y me proporcionó muchos contactos en la ciudad. Por eso es alguien fundamental en este proyecto. También fue importante la presencia de Tim Kerr, quién organizó un gran número de conciertos punkis en Austin y trabajó con Hamblin en la organización de las grabaciones de punk. En cuanto a las diferencias entre el punk actual y el de los 70, básicamente ahora el punk es sobre todo estético y no se preocupa tanto por las reivindicaciones sociales como en el pasado.

CGC. En la publicación editada junto a la pieza The Gainsborough Packet, Will Hodgkinson defiende en su texto: “La balada en Gran Bretaña: música folk y el Santo Grial de la autenticidad”, que lo auténtico, aplicado a la música, no existe. ¿Hasta qué punto está de acuerdo con la afirmación de Hodgkinson?

MS. Bueno, el tema de la música folk es extraño porque como estilo de música ha vuelto desde los 60 a los clubs de folk británicos. La música folk ha ido variando a lo largo de las diferentes generaciones, de hecho la música folk está siempre cambiando y seguramente en las futuras generaciones el sonido será diferente o se hará de diferente modo.

CGC. Quizás una de las piezas más destacadas de las expuestas en el CAAC sea, por su complejo montaje, Cantata Profana. La vídeo-instalación está compuesta por seis pantallas que muestran a seis cantantes de grindcore, dispuestos en semicírculo emulando a un grupo coral. De un lado música coral, alta cultura; del otro grindcore, baja cultura. La reivindicación de la baja cultura, de la cultura popular y comunitaria, es otra de las tónicas de su trabajo. ¿Cómo cree que se establece esta distinción alta/baja cultura?

MS. Es curioso porque realmente nunca quise imitar a un grupo coral, lo que ellos están haciendo es esencialmente formar un grupo, pero no imitan un coro. Ellos hacen lo que suelen hacer con sus bandas. En cuanto a la distinción entre alta y baja cultura no veo la diferencia, no veo que haya esa ruptura, son las personas y las comunidades las que crean esta distinción. Y para mí esta separación no es importante. Suelo escuchar tanto música clásica como música de las
subculturas. Muchas veces me han hecho esta pregunta y Cantata Profana lo que hace es precisamente romper la línea divisoria entre ambos conceptos.

CGC. Para Cantata Profana escogió a seis músicos de diferentes nacionalidades que no se conocían entre sí, del mismo modo en these are the days los músicos que aparecen en la pantalla tocaban juntos por primera vez. ¿Por qué no se actuó con músicos que tocasen juntos habitualmente? ¿No se genera de este modo demasiada artificialidad?

MS. En these are the days era muy importante que la banda tocara de una manera inmediata sin practicar, para “provocar” una rápida reacción. Es así como suelen reunirse las bandas punk de Austin. Las bandas realmente no existen, se crean en un momento y tocan juntas, luego desaparecen. Con Cantata Profana lo que quisimos fue usar gente de diferentes países, para centrarnos en el modo en que ellos tocan cada día y así reflejar las conexiones internacionales del grindcore.

CGC. El espacio religioso aparece varias veces relacionado con su trabajo: The Gainsborough Packet fue proyectado por vez primera en el interior de una antigua iglesia neogótica metodista y Long After Tonight recrea la cultura northern soul en el interior de un templo. Ahora va a exponer en Sevilla en los espacios de un antiguo monasterio cartujo, ¿podría decirnos si existe algún interés por los espacios de culto?

MS. Mmm... En realidad la exhibición aquí es una casualidad y sí, con The Gainsborough Packet lo hicimos en una iglesia y Long After Tonight fue realizado en una iglesia episcopaliana que suele usarse para espectáculos nocturnos. Aún así, que The Gainsborough Packet se proyectara en una iglesia también fue algo casual. No busco el aspecto religioso. Tenemos que tener en cuenta que tanto iglesias como capillas, con el tiempo, se están haciendo cada vez más seculares. Creo que en el arte conceptual no hay ningún interés por romper el espacio religioso y convertirlo en profano. Y en mi caso el uso de espacios eclesiásticos es algo más accidental que consciente.

CGC. En la Iglesia de San Salvador de Dundee desarrolló su proyecto Long After Tonight, un vídeo que nos habla del nacimiento de la cultura northern soul en Inglaterra. El soul, procedente del gospel – corríjame si me equivoco – llegará a Inglaterra en los años 60 donde, relacionándose con los ambientes mod y la cultura de las anfetaminas, dará lugar a una nueva subcultura, el northern soul. ¿Qué relación ve entre el uso de drogas en el nacimiento de esta subcultura y la religión de la cual partía el gospel?

MS. En la mayoría de las religiones se han usado drogas de una forma o de otra, sobre todo en religiones orientales. Pero no creo que la utilización de drogas sea necesaria para la creación artística, de hecho en muchos grupos mod fueron las responsables de su ruptura. En mi opinión las drogas pueden ayudar a la creación pero no son absolutamente necesarias.

CGC. Long After Tonight es una producción que involucró a un gran número de personas, entre equipo técnico y bailarines. Según cuenta en una entrevista con Elizabeth Dunbar, inicia su carrera como escultor. ¿Por qué pasó de trabajar en solitario a trabajar de forma colectiva?

MS. Fue una decisión muy consciente. Como muchos artistas comencé en la escuela de arte y cuando terminé alquilé un estudio con algunos amigos, pero después de un tiempo descubrí que trabajar en el estudio me aislaba. Yo me divertía con ese trabajo, en serio, hacía objetos escultóricos y me gustaba, pero al cabo de un tiempo descubrí que trabajar en la escultura me dejaba vacío. Y finalmente quise hacer algo diferente, probablemente fue la decisión más saludable que he tomado en mi vida. Quería aprender otras formas de trabajar, el primer proyecto colectivo que hice fue una colaboración con gente de la música.

CGC. En la exposición Nuestro Tiempo, la única obra que nos encontramos exenta de vídeoproyecciones – a parte de algunas piezas menores – es Real Arcadia. La instalación documenta las raves celebradas a finales de los 80 en lugares rurales alejados en la región británica de Lake District. Durante este periodo, marcado por el férreo gobierno de Margaret Thatcher, las raves supusieron un espacio de libertad que contrastaba con el desolador paisaje de las ciudades industriales en declive. Pero, ¿cómo se desarrollaron estos acontecimientos en realidad y qué supusieron para la gente que tomó parte en ellos?MS. En la época de Thatcher la gente comenzó a realizar fiestas rave como una réplica contra el gobierno, las rave eran así un oasis de libertad donde la gente podía tomar sus propias decisiones, aún con una atmósfera enrarecida, a veces en exceso enrarecida... La presión del gobierno fue tal que, de hecho, llegó a considerarse delito la reunión de tantas personas en un mismo punto.

MS. En la época de Thatcher la gente comenzó a realizar fiestas rave como una réplica contra el gobierno, las rave eran así un oasis de libertad donde la gente podía tomar sus propias decisiones, aún con una atmósfera enrarecida, a veces en exceso enrarecida... La presión del gobierno fue tal que, de hecho, llegó a considerarse delito la reunión de tantas personas en un mismo punto.

CGC. ¿Cómo se recopiló el material de Real Arcadia y qué nos podemos encontrar?

MS. Bien, durante mucho tiempo estuvimos preparando Real Arcadia. La mayoría de la información, así como las grabaciones musicales, se lograron gracias a los contactos con organizadores de las fiestas rave que desarrollamos. Fue un largo y arduo trabajo debido a la dificultad que entraña contactar con los participantes originales, conseguir este tipo de contactos y lograr que las piezas encajen con éxito es complicado.

La instalación Cantata Profana, 2010, en el CAAC. Imagen PRENSA-CAAC
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* Esta entrevista la realicé para el CAAC (Centro de Arte Andaluz Contemporáneo) en julio de 2011, con motivo de la exposición Nuestro Tiempo de Matt Stokes. Se puede acceder al documento original publicado por el centro de arte AQUÍ.

** Aprovecho también para agradecer a Domingo Díaz Castillo su labor como traductor, sin la cual esta entrevista no hubiera salido a la luz.



viernes, 26 de agosto de 2011

Apunte: El ocaso de la Universidad en el ocaso del Estado Moderno

En Europa las universidades comienzan a aparecer en la Baja Edad Media, al tiempo que las monarquías absolutas iban construyendo las bases del estado moderno. Así, entre los siglos XIII y XV el continente vería nacer 52 universidades. En 1209 se inaugura Cambridge, el año anterior había nacido la universidad de Palencia y la Sorbona aparecería en 1275, por citar sólo algunos ejemplos representativos.

A partir del Renacimiento y a lo largo de la Edad Clásica todas las grandes monarquías de Europa desarrollarán sus propios sistemas universitarios. Éstos, junto con la expansión económica fueron uno de los grandes motores de la burguesía y del Estado, los dos grandes poderes opositores al sistema feudal altomedieval sobre el cual terminarían imponiéndose.

De una parte el Estado Moderno y su administración racional necesitaba de profesionales cualificados para asegurar su poder e influencia sobre el territorio: juristas, médicos, profesores, ingenieros, etc. debían contar con una formación y un estatus no determinado por la sangre, sino por el conocimiento, en función de las importantes tareas que estaban destinados a desarrollar. De otra parte, la burguesía, necesitada de una estabilidad política y social para la expansión de los diferentes mercados, requería del establecimiento de un estado racional que sólo el desarrollo de una administración burocrática podía generar. Nace así una triple alianza Rey – Burguesía – Burocracia. Alianza que en la actualidad está rota.

Al igual que los reyes de las monarquías feudales incrementaron su poder a costa de los nobles (sus primos hermanos) hasta convertirse en “soberanos por la gracia de Dios” y constituir las monarquías absolutas, la burguesía ha incrementado su poder al punto de situarse por encima del Estado.

Debemos recordar que el estado moderno no es una creación de la democracia representativa. El estado moderno es obra de las monarquías absolutas, ellas, sobre todo en el siglo XVIII desarrollaron los sistemas de conocimiento administrativos, militares y sociales que permitieron la construcción de una administración racional sobre el territorio, las personas y las cosas. Con la Revolución Francesa se produce una transferencia de la soberanía que pasa del cuerpo del Rey al cuerpo del pueblo, quién deberá ratificar el nuevo orden a través del Contrato Social. Pero en este proceso de transferencia el concepto de soberanía no se ve alterado.

En este contexto las universidades siguieron desarrollando su papel como baluartes del orden social dominante, generando una serie de profesionales cuya misión era hacer perpetuar el poder del Estado, extendiendo y optimizando su capacidad de control sobre el cuerpo social. Las universidades engrosaron las filas de la burocracia, constituyendo el cuerpo del alto funcionariado. De este modo, desde el siglo XVIII y hasta la II Guerra Mundial la universidad era la productora de las élites de gobierno. Una universidad burguesa: a un lado el magistrado, al otro el banquero y entre ellos un acuerdo tácito de dominio.

Tras la II Guerra Mundial el alto desarrollo de la tecnología permitirá a la burguesía la creación de un mercado global y transnacional, manteniendo únicamente su pacto con el Estado por la situación internacional: La Guerra Fría y la existencia del bloque soviético. Amenazas que la burguesía no podía enfrentar sin el auxilio del Estado. Después de la caída del muro de Berlín el contexto cambiará radicalmente.

Ya en este periodo de postguerra el papel de la universidad había cambiado completamente. En 1966 la Internacional Situacionista en su panfleto De la miseria en el medio estudiantil hacía un cruel pero verídico retrato de la situación de la institución académica en este periodo:

La enseñanza mecánica y especializada que recibe [el estudiante] está tan profundamente degradada (en relación con el antiguo nivel de la cultura burguesa) como su propio nivel en el momento en que accede a ella, con la particularidad de que la realidad que domina todo esto, el sistema económico, reclama una fabricación masiva de estudiantes incultos e incapaces de pensar. El estudiante ignora que la Universidad se ha convertido en una organización – institucional – de la ignorancia...

¿Qué había ocurrido? La universidad de postguerra ya no era la fábrica de las élites administrativas del Estado, con el acceso de las masas a la institución universitaria se produce una devaluación de los títulos y éstos no darán acceso sino a cuerpos intermedios del sistema. Además, debido a las exigencias económicas el conocimiento se fragmenta abriendo paso a la ignorancia de los superespecialistas.

En la actualidad, planes de estudio como los de Bolonia o como el que actualmente se quiere implantar en Chile ponen de manifiesto la irrupción de la gobernanza corporativa en las universidades, al igual que se desarrolla la irrupción de la gobernanza corporativa de los Estados. Lo que estamos viviendo es la transición de la universidad de masas a la universidad empresa, en un periodo caracterizado por la eliminación de los conocimientos que ya no son necesarios para una economía globalizada y un cambio de base de las prioridades. Si para el Estado-Nación era exigencia una democratización del acceso a la educación, es decir, una universidad de masas para servir al cuerpo social que era soberano. Ahora, el desarrollo de la economía capitalista exige una privatización del acceso a la educación, una universidad empresa que profundice las separaciones del cuerpo social generando un gran número de superespecialistas y una gran masa de trabajadores precarios de donde obtener mano de obra barata. Además, el deseo de privatización que inunda nuestra sociedad ha generado (y seguirá generando) la desaparición de un gran número de puestos de funcionarios, lugar preferente para la colocación de los titulados, lo que dificulta enormemente el acceso de éstos al mercado laboral.


En este contexto las actuales movilizaciones estudiantiles que se suceden por todo el globo deberán dilucidar si: se enfrentan a las reformas al grito de ¡Vivan las cadenas!, defendiendo la antigua y decadente universidad de masas, o por el contrario salen a la arena exigiendo una universidad nueva basada en los principios del conocimiento unitario y el desarrollo del individuo y la colectividad.


Carlos G. de Castro
Originalmente NOTON