jueves, 4 de septiembre de 2014

DISCURSO SOBRE EL SENTIDO DE LA VIDA Y LA PRECARIEDAD


I. FELICIDAD Y TIEMPO DE VIDA

La felicidad humana se basa en la calidad del tiempo vivido, en la acumulación de experiencias vitales que construyan una personalidad plena, al tiempo que generen sentido a través de nuestros actos.

El sentido es la continuidad coherente entre pasado, presente y futuro. 

Entendemos que una vida tiene sentido cuando se construye a sí misma, poseyendo acto y pensamiento, en una relación orgánica y consciente de lo que le rodea. Por contra, entendemos que una vida carece de sentido cuando se pierde esta continuidad, esta coherencia que a modo de hilo une presente, pasado y futuro.

martes, 20 de mayo de 2014

Silvia Federici en Sevilla

Silvia Federici con el periódico 'El Topo' en Sevilla
En la tarde de hoy, la profesora de la Hofstra University de Nueva York y militante feminista Silvia Federici ha estado en la UNIA (Sevilla) presentando su libro Revolución en punto cero. Reproducción, trabajo doméstico y luchas feministas. Durante la presentación del libro - una compilación de artículos realizados desde 1975 a la actualidad -, la pensadora ha expuesto sus tesis sobre la reproducción social del capitalismo.
 la pensadora ha expuesto sus tesis sobre la reproducción social del capitalismo
Federici comenzó repasando la historia de las luchas feministas y otros movimientos sociales desde los 60's a la actualidad, luchas que cuestionaban la naturalización de las identidades, los roles y las formas de vidas en el sistema patriarcal capitalista. Esta situación abrió un horizonte de cambio, sembrando esperanzas en una sociedad que vislumbraba que otros tipos de vida y de organización social eran posible. Sin embargo, a partir de los 70's, crisis del petróleo mediante, los movimientos sociales empezaron a perder fuelle al tiempo que parte de sus discursos fueron recuperados por el sistema. En este punto hay que insistir en una de las tesis fundamentales de Federici, para quien los momentos de 'crisis' son también momentos de acumulación de capital y sometimiento (disciplina) de los trabajadores a los dictámenes de la economía de 'libre mercado'.

Así, para Federici, las crisis como al actual desposeen y desunen a las personas, lo cual permite que éstas seas menos capaces de organizarse y resistir a las políticas (neo)liberales. Ya en su conocido libro Calibán y la bruja (1), exponía como la persecución de las brujas fue una estrategia de desposesión campesina durante el periodo de acumulación de tierras comunales por la incipiente burguesía, y que esta persecución consolidó la construcción de los Estados Modernos en los siglos XVI y XVII.

De este modo el origen del capitalismo está ligado a la permanencia y actualización del patriarcado (que es anterior), cuyo desarrollo económico, basado en la reproducción de la fuerza de trabajo dentro de la familia, naturalizó la dependencia a los hombres de las mujeres, las cuales se veían imposibilitadas a la adquisición de un salario por sus trabajos reproductivos y de cuidados.

Al final del debate, cabe destacar, como ejemplo de invisibilización de los cuidados y falta de sensibilidad hacia las necesidades reproductivas, la denuncia de varias madres que acudieron con sus hijas e hijos a la conferencia y que no encontraron un lugar adecuado para los niños.

Cerramos recordando que Silvia Federici estará mañana en la UPO a partir de las 12:00h. debatiendo con Lina Gálvez. Pero antes de terminar del todo, me gustaría mencionar que en el momento crítico en que estamos, un nuevo periodo de acumulación capitalistas con enormes sufrimientos para la población y beneficios para una pequeña minoría, la situación de invisibilización de los cuidados, se desplaza a otras áreas del trabajo, siendo que cada vez la mano de obra está más precarizada y cada vez realizamos más trabajos no remunerados para poder (sobre)vivir.



Carlos G. de Castro / NOTON


NOTA:

(1) Para una aproximación más detallada a Calibán y la bruja en este blog visitar el texto El gobierno genocida del mundo II / El origen criminal del capitalismo



lunes, 5 de mayo de 2014

Alfredo Miñambre: En tiempos del fin de la política representativa

FUENTE: DIAGONAL ANDALUCÍA

Desde que Alfredo Miñambre naciera una noche en El Perro Andaluz, mítico bar sevillano, mucho ha evolucionado y vivido este singular paleopolítico, ideado e interpretado por el poeta Felipe Bollaín. Sin duda su momento estelar fue durante el 15M, cuando su quijotesca figura, de elegante vestir, corbata naranja, gafas quebradas y voz histriónica, apareció en Las Setas para pronunciar el anti-mitin del Partido en Dos (PEN2)... y empezó así a abrirse un hueco en nuestra memoria visual. Después de aquello, el 15M se transformó, y también Alfredo, que le ha sobrevivido con bastante buena salud

Fotografía de Stefania Scamardi
Miñambre, que como decíamos en mayo de 2011 salió de la cabeza de Bollaín (o entró en ella, vaya usted a saber), superó la coyuntura quincemayista sin quemarse, y hoy, gracias a sus retruécanos y calambures es un personaje más consolidado. Sin embargo, aún queda Alfredo por pulir, ocurriendo en algunos instantes que el poeta quiere aparecer, los juegos de palabras se distancian de la sátira y el personaje se vuelve algo difuso.

Respecto a su herencia, a pesar del lenguaje enrevesado o antilenguaje, que remite al mundo dadá y las experiencias de vanguardia del siglo XX (“¡De-anuncio vuestros métodos pu-belicistas flatulentos de agonía de la esencia de la fluidez vital!”), Miñambre es una criatura bastante hispana: habla con greguerías, como Gómez de la Serna y es hijo del esperpento y de Don Quijote. Y en sus “aspiraciones políticas” enlaza con la tradicional burla al poder reduciéndolo al absurdo, que en estas tierras se inaugurara durante el Barroco; cuando ya se empezaba a vislumbrar que eso del “imperio español” era un gigante con los pies de barro.

En los discursos de Alfredo, se abre todo un mundo mágico, donde el poder político queda menguado a la mera pantomima, para precisamente contar la verdad, su verdad. Mismo proceder que usara Gracián en el siglo XVII para los mundos alucinados de El Criticón.

Pero Alfredo Miñambre es sobre todo un síntoma, un síntoma del agotamiento de la política tal como se ha constituido durante los siglos XIX y XX, un síntoma del colapso de las posibilidades de la política representativa y de los anhelos por nuevas formas sociales más horizontales y democráticas, donde el político profesional sea un paleopolítico... a fin de cuentas, una criatura de un tiempo ya superado. ¿Quién sabe si lo veremos en las próximas municipales retando a Zoido por la alcaldía de Sevilla? ¿y quién sabe si no pudiera, incluso, superar a tan casposa eminencia?

Mientras tanto Alfredo Miñambre dará mucho más... mucho más de lo mismo.


jueves, 17 de abril de 2014

Menos es más, Teatro del Gallinero en Sevilla

FUENTE: DIAGONAL ANDALUCÍA

En Sevilla, el teatro mínimo es un género en auge. Un formato que por su brevedad y sus exigencias materiales, se ajusta bien al contexto actual, permitiendo funciones accesibles a todos los bolsillos y adaptables a una gran diversidad de lugares. Sin mermar la calidad, por supuesto.

María José Castañeda interpretando Culto a la abundancia en la Bicicletería
Uno de estos lugares, desde hace varios meses activado para el teatro, es el gallinero de la Bicicletería, una guardilla ácrata e idónea para la magia. Allí, entre muebles viejos y techos bajos, conocí el pasado febrero a María Castañeda y a Jorge Dubarry, quienes con su compañía "Teatro del Gallinero" (una deriva del proyecto "¿Por qué Teatro?" que Dubarry inició en 1998), plantean cada noche de jueves, a partir de las 22:00 h., una propuesta teatral diferente.

Las escenas de Teatro del Gallinero, alternan producciones propias con trabajos de otros creadores, y han pasado por la Bicicletería en los últimos tiempos gentes tan dispares como "Os reverendos", "Desguace Teatro", "Jim Rivera, El Aguililla de Jérez", etcétera. A pesar de la diversidad, la mayoría de las propuestas convergen en una ácida crítica social, en el uso de la ironía y en una gran fuerza expresiva, que compensa con creces la escasez de recursos.

Quizás una de las propuestas más interesantes representadas hasta ahora sea "Culto a la abundancia", producción propia escrita por Javier Berger, dirigida por Jorge Dubarry e interpretada, en este caso, por María Castañeda. "Culto a la abundancia" recrea el discurso de un predicador latinoamericano, que nos promete una bonanza económica ilimitada a cambio, únicamente, de financiar su iglesia. Castañeda consigue un personaje creíble, lleno de tics nerviosos y de la verborrea propia de su género. Al inicio de la pieza el predicador se muestra seguro, citando pasajes de su libro 'sagrado' al tiempo que nos suelta todo un discurso neoliberal, muy representativo de lo que nuestra sociedad considera qué es el éxito social. Sin embargo, tras pasar el cepillo, su actitud cambia radicalmente, desnudánse ante el público y desmoronándose en sólo un instante la imagen triunfal que había tratado de construir.

En los tiempos que corren, iniciativas como Teatro del Gallinero suponen todo un ejercicio de reinvención y de desafío a la situación económica actual. Un esfuerzo, con pocos recursos materiales, pero gran talento humano, que pone de manifiesto la buena salud creativa del teatro sevillano actual. Como Jorge Dubarry comentaba recientemente en Radiopolis, la forma de ir sobreviviendo a la crisis es “hacer mucho teatro”


miércoles, 16 de abril de 2014

Entrevista a Rogelio López Cuenca

FUENTE: DIAGONAL
 


“El arte tiene que disolverse cuando haga falta”
Frente a la ‘picassización’ de Málaga, Rogelio López Cuenca defiende el arte como acción directa

El mural de Obey en Málaga ha sido muy criticado / Franz van Peltz

El Museo Picasso de Málaga fue inaugurado en octubre de 2003. Desde entonces, siguiendo el modelo del Pompidou de París o el Guggenheim de Bil­bao, el centro de la ciudad está sufriendo una profunda remodelación. Instituciones culturales e intereses inmobiliarios convergen para desarrollar la ‘marca Picasso’, un ejemplo de gentrificación y de supeditación del espacio público a los intereses económicos.

Charlamos con Rogelio Ló­pez Cuenca (Nerja, 1959), un artista visual e investigador cuyo trabajo versa sobre la construcción del imaginario colectivo, la identidad y la memoria.
 

¿En qué consiste el ‘efecto Picasso’ y en qué ha condicionado la identidad de Málaga desde la apertura del museo en octubre 2003?

La “picassización” de Málaga es la cara más visible –hasta la caricatura– de la imposición de las políticas neoliberales en la ciudad; es el modo particular en que se ha acometido la reconversión al mercado del “turismo cultural” de una ciudad desindustrializada (otra más) para atraer inversiones y visitantes: construcción o ampliación de infraestructuras de transportes, terciarización de la economía, en torno a la hostelería principalmente, gentrificación del centro histórico, sometimiento de la política urbanística a los dictados de las inmobiliarias... Todo ello en torno a la casualidad de que Picasso naciera aquí. Es la variedad local de aspiración al ‘efecto Bilbao’ o el ‘efecto Guggenheim’. Desde entonces, Málaga ha recibido el AVE, ha abierto una segunda pista en el aeropuerto –de nulo uso y por sólo 224 millones de euros– y el puerto se ha convertido en una estación de cruceros que vomitan oleadas de turistas que tienen en el Picasso una parada obligada; así que el entorno del museo, en el centro del casco histórico, es una ininterrumpida sucesión de bares, restaurantes y tiendas de souvenirs. Todo muy picassiano. Y picassiana puede ser cualquier cosa. La verdad es que es difícil imaginarse una marca más versátil que Picasso y su capacidad de disparar la plusvalía de cualquier mercancía a la que se aplique: desde un perfume a un coche –y no cualquiera, eh: en España ¡es el coche de la policía! [el modelo Citroën Picasso es utilizado por la Policía Nacional].
 

¿Qué papel jugaron la prensa y los expertos en la elaboración del nuevo relato de ciudad y en la despolitización de Picasso?

Los media son indispensables en la construcción de una opinión pública que llegue a sentir como propios los intereses de las élites dirigentes. Los expertos, además, son responsables de la elaboración de un discurso teórico destinado a la ‘malagueñización’ de Picasso, a su naturalización, a purgarlo de todo referente político, a esencializar su figura como paradigma ahistórico de “español, español, español”. Como si fuera un personaje de Merimée… ¡o de Ozores!


Actualmente se está desarrollando el proyecto MAUS (Málaga Arte Urbano Soho), financiado con fondos europeos. ¿De qué se trata y qué consecuencias está teniendo para el panorama sociocultural malagueño?

Este tipo de proyectos de street art y “distritos de arte” son el reclamo típico, y a la vez la pantalla recurrente de los procesos de gentrificación y especulación inmobiliaria. Si este caso tiene una virtud es que la operación es tan grosera, sus promotores van tan sobrados, que ni se han preocupado de salvar las apariencias.
 

Dentro de las intervenciones urbanas del MAUS, Frank Shepard Fairey, alias Obey, ha pintado un mural gigante a espaldas del Centro de Arte Contemporáneo. ¿El típico caso del artista paracaidista?

No es un asunto esencialista, de ser o no ser, sino performativo, de actuación, de comportamiento. Y el caso concreto del mural de Obey en Málaga es un ejemplo palmario de paracaidismo. No se puede ir por el mundo aterrizando siempre ante una página en blanco, sin saber a dónde llegas ni para qué va a ser utilizado tu trabajo.


¿Es compatible la ciudad marca con una ciudad política dirigida por la ciudadanía?

¿Cuáles son las prioridades? ¿Una ciudad se puede “situar en el mapa” sin ser sede de macroeventos? ¿Sin edificios de arquitectos-estrella? ¿Por el grado de participación democrática de sus habitantes, de bienestar social? ¿Por su nivel de acceso a los servicios públicos, incluida la cultura? ¿Por su participación no sólo como consumidores, como espectadores, sino como agentes activos?


¿Qué responsabilidad tienen los creadores ante la construcción de la ciudad marca?


 Toda. Todo arte es político. No sólo el antagonista. También el que aplaude. Y el que mira hacia otro lado.
 

¿Estamos condenados a ganarnos la vida sirviendo al ocio burgués?

Tradicionalmente, los jóvenes artistas revolucionarios, de­sengañados ante la futilidad de sus fantasías transformadoras, terminaban por sistema convertidos al cinismo y al pancismo. Hoy, las industrias culturales han dejado bien claro que el arte no es otra cosa. Y que el trabajador creativo es el modelo prístino del precariado.


Hay que tener conciencia de las posibilidades y los límites del campo en que actúas. Las prácticas artísticas tienen que ir a otro ritmo, producir contradiscurso, trabajar críticamente en el desmontaje de las estrategias de estetización espectacular, en cuyo interior ellas mismas se producen. Y desaparecer cuando haga falta, disolverse –el arte es una herramienta entre otras– en el interior de la acción política directa cuando las condiciones lo requieran o lo hagan posible. Y trabajar para que eso suceda.


martes, 25 de febrero de 2014

EL VIAJERO

"El viajero"

Desde mi aterrizaje forzoso en vuestros tiempos,
me siento ahogado.
Obligado a habitar un mundo transfigurado en cárcel.
Obligado al trabajo,
a la cruel tesitura del tedio o la miseria.
Criado soy de voluntades ajenas.

Desde mi aterrizaje forzoso en vuestros tiempos,
yo no soy yo, salvo cuando cierro los ojos.
Entonces escapo...
Escapo del agobio de la prisión sin muros,
escapo de la obligación de vender mi tiempo.
Y recuerdo que.

¡Yo vengo de otros tiempos!
Donde no existía la maldición de las patrias,
y el ser humano era libre de viajar sin fronteras.
¡Yo vengo de otros tiempos!
de una tierra salvaje y misteriosa
preñada de libertad y de peligro.

¡Yo vengo de otros tiempos!
Cuando la mano esclava del trabajo,
no había transformado los perfiles del mundo.
¡Yo vengo de otros tiempos!
Cuando andar con pies ligeros,
era contemplar una sucesión de horizontes.

Conocisteis el mundo sólo para disolverlo.
Evitasteis el peligro a base de cadenas.
Vuestra comodidad es la tranquilidad del rebaño,
a la espera de ser sacrificado.
En estos tiempos que habito todo es predecible,
el tiempo de la democracia niega lo nuevo.

Pero no quiero terminar con un lamento,
consecuencia de mi tiempo es el vuestro,
permitidme por responsabilidad un consejo:
Abandonad el mundo del trabajo alienado,
liquidad las jerarquías, olvidad toda orden...
Entregad vuestro conocimiento a engrandecer el misterio.


CGC - febrero 2014

sábado, 8 de febrero de 2014

A Patricia Heras, poeta asesinada

En Barcelona mataron a Patricia.
La mataron poco a poco,
durante cuatro años.
¿Quién la mató?
¿La mató Joan Clos con su ordenanza?

Empezaron a matarla un 4 de febrero,
arrancando una a una las plumas de sus alas,
terminaron el 26 de abril de 2011.
¿Quién la mató?
¿La mató el falso testimonio de torturadores?
La mataron por una coincidencia,
¡Ella no estuvo en Saint Pere més Baix!
¡no estuvo! ¡no estuvo! ¡no estuvo..!
¿Quién la mató?
¿La mataron los mossos d'escuadra?

Patricia era poeta, de estética 'antisistema'.
La detuvieron en el Hospital del Mar,
los que no saben leer, los que sólo saben golpear.
¿Quién la mató?
¿La mató el alguacil?
Fue condenada a tres años de cárcel y,
arrastrada “directamente al infierno”,
a la prisión de mujeres de Wad Ras.
¿Quién la mató?
¿La mató el veredicto del juez?

La obligaron a autoinculparse,
chantajeándola con el tercer grado
los psicólogos de la la cárcel.
¿Quién la mató?
¿La mató la reincersión?

Volvió a casa humillada,
para escribir “me sé rendida”
y perder la vida de un salto.

¿Quién la mató?
¿La mató la sociedad biempensante?

CGC


martes, 4 de febrero de 2014

Reseña de la exposición 'Non Sine Sole Iris' // CAAC, Sevilla

A CONTRATIEMPO

Carlos G. de Castro
Publicado online en ARTECONTEXTO

Vista de la exposición. Cortesía: CAAC

A partir de finales de los 90 y en los primeros años de la década de 2000 una nueva generación de artistas irrumpe en el ámbito sevillano. Era un grupo heterogéneo de creadores que crecieron con el apoyo de figuras como el promotor cultural Marcelino García o Francisco del Río, director entonces del Departamento de Artes Plásticas de la Obra Social de Caja San Fernando. En aquella época exponían en las galerías Cavecanem, Felix Gómez, Birimbao, la Caja China o la sala de exposiciones de Santa Inés, además de utilizar espacios directamente gestionados por los artistas, caso del local del colectivo The Richard Channin Foundation o de sala de eStar. En conjunto, estos creadores supusieron una renovación del panorama artístico local con obras que huían de lo espectacular para ofrecer, desde un consciente dominio del medio, un arte autónomo, fresco y directo.
  Ahora, el Centro Andaluz de Arte Contemporáneo, dentro de su sesión expositiva Más allá de la Figura, realiza una fuerte apuesta por esta generación con tres exposiciones monográficas dedicadas a las figuras de Miki Leal, José Miguel Pereñíguez y Mariajosé Gallardo. Sobre esta última y su exposición Non Sine Sole Iris –sin sol no hay arcoiris– versan las siguientes líneas.

En las salas colindantes a la Capilla de Afuera del monasterio cartujo de Sevilla, Mariajosé Gallardo (Villafranca de los Barros, Badajoz, 1978) ha construido a base de lienzos dos instalaciones que plantean una lectura actual de la kunstkammer o cámara de las maravillas y el retablo barroco. Siguiendo un estilo muy personal que reinterpreta la estética de los siglos XVI y XVII, las obras suponen un ejercicio poético desacralizador del misterio religioso y transfigurador de la posición de la mujer en el arte de este periodo.

No es casual la época elegida. La Edad Moderna supuso el inicio de la expansión colonial europea, con la consecuente llegada de tesoros procedentes del 'Nuevo Mundo' dando origen a las kunstakammer. Pero fue también el tiempo del despegue del capitalismo, que para la mujer acarreó consecuencias dramáticas. En su libro Calibán y la bruja, la historiadora Silvia Federici plantea cómo la caza de brujas tuvo relación con la privatización de las tierras comunales donde se desarrollaba el trabajo femenino, y cómo el reverso de la perversa bruja fue la dócil 'ama de casa'. Durante este proceso, el arte jugó un papel cómplice y fundamental al reforzar los roles femeninos impuestos por el patriarcado a través de sus representaciones.

Volviendo al CAAC. Una habitación de paredes negras y cincuenta lienzos componen la recreación de un gabinete de curiosidades. El ambiente oscuro y las pinturas llenas de motivos esotéricos, tondos, heráldicas, vanitas y todo tipo de objetos extraños parece transportarnos hacia otra época. Si no fuera por un cierto filtro pop, casi se cerraría el juego del trampantojo. Paseándonos por la habitación, fijándonos en los innumerables detalles, nos trasladamos rápidamente al siglo XVII, a los mundos mágicos que Critilo y Andrenio recorrían en El Criticón de Gracián. Entre este mar de imágenes destaca una dama, una mujer esbelta y rubia sobre cuya cabeza podemos leer Non Sine Sole Iris, se trata de la singular versión que Gallardo ha realizado de un retrato de Elisabeth I atribuido a Isaac Oliver. Elisabeth I, la Reina Virgen, una de las pocas mujeres poderosas del s. XVII, y cuyo influjo parece contaminar a todas las mujeres pintadas en la instalación, las cuales subvierten la posición histórica de la mujer en el arte, todas vestidas, desafiantes y empoderadas.

La segunda de las instalaciones la alberga una sala mejor iluminada. Alrededor de la escultura de una Inmaculada barroca, formando una media luna, se disponen una serie de lienzos de fondo dorado. En los lienzos imágenes anatómicas y de animales sustituyen a los santos y a las reliquias, reclamando la libertad del arte sobre la tradición a contratiempo.

jueves, 23 de enero de 2014

Coplilla por Gamonal

Coplilla por Gamonal

(con música de “noviembre del 33” de Chicho Sánchez Ferlosio)

Era en Burgos y en enero,
que salieron las vecinas,
a parar un bulevar
que Lacalle imponía.

Las vecinas no se arredran
movilizan todo el barrio,
el gobierno tiene miedo
y les manda antidisturbios.

En Vitoria y en San Bruno,
se levantan barricadas.
Méndez Pozo desespera
porque pierde la partida.

Pero el viento del poder
arremete con violencia.
Detienen manifestantes,
mientras compran periodistas.

En Madrid, en Barcelona
y en Granada, y en Valencia,
y en otros muchos lugares
la lucha surge y progresa.

La respuesta popular
ya sacude to' el estado,
el bulevar se detiene,
Gamonal marca la senda.



miércoles, 15 de enero de 2014

Reseña de la exposición 'Plato combinado' // CAAC, Sevilla

Figuras en el tiempo

Carlos G. de Castro
Publicado online en ARTECONTEXTO 

Plato combinado, 2013. Cortesía: CAAC.
 Imágenes grabadas en la memoria, recuerdos fugaces que toman cuerpo y aparecen en pinturas o bodegones cerámicos, sin más coherencia que la combinación de sí mismas. Esta es la base de la muestra Plato combinado, una monográfica comisariada por Sema D'Acosta dedicada al pintor andaluz Miki Leal –Sevilla, 1974–, y que hasta el 2 de febrero se exhibe en el Centro Andaluz de Arte Contemporáneo.

Plato combinado se divide en dos espacios claramente diferenciados. El principal, situado en el Claustrón Este del monasterio cartujo, acoge la exposición monográfica de piezas mayoritariamente elaboradas en 2013. El segundo espacio, en la Capilla de Afuera, se dedica a una instalación realizada junto al artista Cristobal Quintero, la cual nos traslada a una divertida e irónica interpretación del oficio y la historia de la pintura, a través de objetos surrealistas creados ad hoc.
  Vayamos al Claustrón Este. Nada más entrar el primer estímulo que recibimos es la música proveniente del vídeo el Buceador, una película doméstica grabada por Leal en la casa del crítico de arte Kevin Power, recientemente fallecido, y que se proyecta en la exhibición a modo de homenaje. A partir de aquí se suceden imágenes que se repiten y que el gesto del pintor modifica en combinaciones casi infinitas, como el juego del tangram, afición infantil muy presente en la muestra.

Las pinturas de Leal y sus bodegones cerámicos tienen en común la preocupación por la armonía de las diferentes formas más allá del tema. Objetos africanos traídos por su tío misionero, prendas, portadas de vinilos, piezas de tangram o figuras humanas se manifiestan como objetos en igualdad de condiciones cumpliendo el humilde papel de ensamblaje que dota a la escena de equilibrio. En esto recuerda a Cézanne, en la alegría de sus obras recordará a Matisse.

Recorrer la exposición es recorrer la historia de la pintura, aunque de manera desinhibida, igual que alguien que pasara las páginas de un manual de historia del arte descuidadamente. Así aparecen en la muestra la Musa Dormida de Brancusi o El caminante sobre el mar de nubes de Friedrich. Lo clásico tiene presencia, pero velado por lo contemporáneo, por la influencia de pintores como David Hockney, Peter Doig o gente de su generación, caso de Wilhelm Sasnal con quién comparte una visión cinematográfica de la pintura.

El tríptico compuesto por las piezas Bodegón, Retrato y Paisaje es un claro ejemplo de su forma de entender los géneros tradicionales: las tres obras del mismo tamaño, sin jerarquías. En Bodegón, una serie de objetos aparecen sobre una tela en una playa, la escena surge detrás de la forja de una ventana, insinuando que la escena no termina en el cuadro. Este guiño a lo cinematográfico se amplifica en la obra Paisaje, en la que una casa de verano con un místico sol ardiente sobre su tejado se muestra en una escena romboidal rodeada de negro. El rombo se amplía en Retrato hasta salir del papel, lo negro cede, conservándose únicamente en las esquinas. En esta última pieza tres personajes sacados de una fotografía de Cartier-Bresson se encuentran en un lugar extraño, observando una especie de tela con motivos geométricos que tiene casi el mismo protagonismo que ellos.

Cabría destacar para terminar, la coherencia interna del universo intimista propuesto por Leal. Quizás en un primer momento, por el aluvión de imágenes personales, pudiera recordar –acaso así sea– a la desatinada ciudad de los Inmortales de El Aleph, sin embargo no renuncia a una cierta lógica que se manifiesta en un diálogo constante entre las diferentes piezas. Valga como ejemplo la conversación iniciada con la obra El dilema, díptico que plantea el conflicto entre elegir una corbata o una pajarita, solventado después en el bodegón cerámico Dilema resuelto donde tres alegres corbatas cantan victoria.