sábado, 17 de marzo de 2012

POR QUÉ PLATÓN EXPULSÓ A LOS POETAS DE LA REPÚBLICA / El caso del monumento al ejército rojo de Sofía

En República X Platón recomienda la expulsión de los poetas de la polis en aras de la buena salud de la comunidad. En realidad no pretendía la eliminación de toda poesía; él mismo hace uso de la metáfora en su archiconocida alegoría de la caverna. Lo que Platón buscaba era la supresión de la poesía trágica, la basada en la mímesis fantastiké, es decir aquella que crea imágenes vacías, meras apariencias. En un lenguaje más moderno - abuso hipérbolicamente de la analogía –, Platón está condenando la estética del espectáculo, aquella que genera hiperrealidad y dónde la representación - la imagen - ocupa el espacio de lo real. ¿Y esto por qué nos preocupa a nosotros ahora? Bien, el tema ha salido a colación tras el comentario de un anónimo a la entrada Avanzando con los tiempos de la web NOTON.

El post en cuestión – que era un rebote del blog Contraindicaciones – mostraba una intervención anónima en un monumento dedicado al ejército rojo en Sofía (Bulgaria). Por medio de la pintura, una mano anónima había transformado a los “gloriosos libertadores de Europa” - también autores de la masacre de Katyn – en superhéroes, mascotas corporativas y personajes de cómic. No tengo espacio para extenderme mucho en la descripción de esta acción desmitificadora, irónica e iconoclasta, que concluía con una sentencia pintada en el pedestal: avanzando con los tiempos.

Ante este ejercicio de reflexión / actualización, nuestro nostálgico anónimo respondió lo siguiente – reproduzco al completo su comentario –:


¿Qué ha ocurrido aquí? Lo primero que se me vino a la cabeza fue la conocidísima pieza de Magritte Ceci n'est pas une pipe. Evidentemente el autor del comentario anónimo identifica absolutamente la escultura (la imagen) con los soldados reales. Es cierto que el artista no luchó en esa guerra, pero tampoco las figuras de bronce – a menos que el metal proceda de obuses reciclados –. Y es éste precisamente el peligro que Platón veía en cierta clase de poesía; aquella que es capaz de usurpar el espacio de lo real e incrustar en él una interpretación adulterada de los hechos, dónde, por supuesto, ciertos grupos ideológico – los que financian esa poesía – incrementan su capacidad de control y de dominación sobre el cuerpo social. La escultura que conmemora la victoria del ejército rojo en la II Guerra Mundial no es otra cosa que un ejercicio estalinista – en este caso literalmente – de transmisión de un relato oficial. Y su sentido profundo es apuntalar el dominio de ese sistema sobre la sociedad búlgara de postguerra; que tendría que estar agradecida a sus nuevos amos de haberles liberado de los nazis.

Ante esto urge una pedagogía de la poesía, el arte y las metáforas, algo fundamental en una sociedad espectacular como la nuestra; que enseñe - ¿por qué no desde la escuela?- que toda imagen es una construcción con ideológicos detrás y que la libertad en el uso del arte se basa sobre todo en el mantenimiento de un cierto grado de iconoclastia, el cual nos permita mantener siempre una distancia crítica con las representaciones del mundo. Sólo comprendiendo el significado profundo de las imágenes se puede superar la sociedad espectacular y generar formas de vida más críticas, conscientes y libres. Seguiremos tratando sobre este tema en futuros números.

Carlos G. de Castro · NOTON
 *Texto Publicado en la Revista NOTON Nº6

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